Pablo Villegas N. Petropress Nª 30, enero del 2013
En
este artículo hacemos un análisis de los precios de los minerales y su
relación, por una parte, con la problemática de la dependencia de las materias
primas y, por otra, con los problemas medioambientales locales y globales.
La baja de los precios es antigua y muestra la ausencia de una política minera
Como sabemos es normal que en el comportamiento de los precios de los minerales se alternen altas y bajas. Por eso es necesario ir más allá de lo coyuntural y analizar periodos largos. En la Ilustración 1 que abarca todo el siglo pasado el índice elaborado en base al cobre, oro, hierro, plomo, zinc, cemento, arcilla, piedra triturada, cal, fosfato de roca, sal, arena y grava nos muestra que en ese periodo también se dieron importantes periodos de precios altos, pero resultaron de todos modos en una baja general, como expresa la línea recta que va de izquierda a derecha.
Ilustración 1: Indice del precio de los minerales,
en dólares de 1997
Fuente: Daniel E. Sullivan, John L.
Sznopek, and Lorie A. Wagner: 20th century U.S. mineral prices decline in
constant dollars
Ahora,
considerando la situación actual de precios, la primera característica que
descubrimos es que después de haber alcanzado sus topes los precios
experimentan una baja generalizada (Ilustración 2). Esta baja viene en el caso
del zinc, desde noviembre 2006, pasado su record histórico. En junio 2009
parecía haber comenzado una recuperación pero la tendencia a la baja continuó.
En cuanto a la plata, el estaño y el plomo, estos vienen cayendo desde abril
del 2011, y el cobre desde febrero, con una tendencia estable que ya dura unos
19 meses.1
Aquí
vemos otro aspecto característico de la problemática minera boliviana actual e
histórica; esta baja no ha sido enfrentada con ninguna política estatal2,
por el contrario se niega su importancia. Una muestra de esta falencia es, como
reporta El Diario3 en septiembre del 2011, el Viceministro de
Minería, Gerardo Coro, fue despedido porque difundió las cifras oficiales de
COMIBOL, según las cuales el costo de producción de Huanuni era de USD
10,34/libra fina y en ese entonces el precio se hallaba en 10,49.
También
fue cambiado el gerente de COMIBOL que había producido esas cifras, y fue
sustituido por uno que dio una cifra menor, de USD 9/libra fina.
Los precios altos de los minerales tuvieron un valor relativo.
Otro
aspecto interesante de los precios es que, como todos saben, con 100 dólares de
ahora compramos mucho menos que hace 5 años; el número “100” en el billete se
mantiene (su valor nominal) pero su valor real es mucho menor. Si aplicamos
este punto de vista a los altos precios de los minerales de los últimos
tiempos, veremos que en términos reales, eran parte de una situación no tan
buena como parecía.
En
la Ilustración 3 tenemos la suma total del valor de la producción minera del
país; el PIB minero. Su valor real es sólo el 13% del nominal. Eso nos da una
idea de la importancia de considerar este aspecto al evaluar los precios. Ahora
hacemos la misma comparación para los minerales más importantes en Bolivia. Una
conclusión es que el pago que recibimos por los minerales es -al menos en
parte- papel sin valor.
El precio del estaño subió menos que otros minerales
El zinc, la plata y el plomo representan el 80% de las exportaciones de Bolivia y su producción está en manos privadas. El Estado por su parte, a pesar de jactarse de haber recuperado su rol protagónico en la minería, sólo participa con el 9%, limitándose básicamente al estaño. La gran minería, en cambio, tiene el 60% y la minería chica y “cooperativas” el 31%. Por eso ponemos primero atención al estaño y posteriormente a los minerales del sector privado.
Vimos
que el alza del precio del estaño fue relativo, ahora veremos que además fue
menor que el de otros minerales, como el zinc y la plata, según expresa el
índice de la Ilustración 5, donde se muestra, de izquierda a derecha, que la
situación del precio del estaño respecto al zinc y la plata fue cayendo en los
30 años del periodo considerado. Es decir que si queremos comprar zinc o plata
al sector privado con los ingresos del estaño, cada vez nos darán menos.
Los minerales primarios subieron de precio menos que los industriales.
Arriba
hicimos una comparación entre minerales primarios, ahora lo haremos
(Ilustración 5, 6, y 7) entre el estaño y tres tipos de fertilizantes, que son
productos industriales (Ilustraciones A y B al final del artículo)4.
El resultado es que también estos productos subieron más que el estaño, es
decir que con los ingresos del estaño compraremos cada vez menos
fertilizantes.
Esta
relación negativa ocurre no sólo con el estaño sino también con el zinc
(Ilustración 9) y en general, es lo que ocurre con las materias primas en
relación a los productos industriales.
Problemas para subir los precios de los minerales primarios
Hasta
aquí hemos visto que tomados los precios de los minerales primarios en un
periodo largo, el siglo pasado, sufrieron una baja general; que actualmente hay
una tendencia a la baja que ya dura un largo periodo; que los precios altos de
los últimos tiempos tuvieron un valor relativo; que en el caso del estaño
fueron menores que los de los otros minerales; y, que respecto a productos
industriales la relación fue también negativa. En todo esto el elemento o el
problema común, son los precios bajos de las materias primas.
a) La exportación en concentrado
Evidentemente
es necesario mejorar estos precios pero existen varios obstáculos para ello. El
más básico es la venta de los minerales en concentrado, entre otras cosas
porque contiene otros minerales que pueden ser de importancia económica. Es
mejor venderlos en metálico, es decir puros; esto además es el primer paso para
la industrialización. Sin embargo, la plata, el zinc y el plomo que constituyen
el 80% del valor de las exportaciones salen del país casi totalmente en forma
de concentrado (Tabla 1).
El
estaño sale en su mayor parte como metálico pero si vemos la producción de
estaño de otras empresas estatales extranjeras, como la TIMAH de Indonesia, la
simple calidad de metálico en estos tiempos, es insuficiente ante esta
competencia.
A
continuación una síntesis breve de la producción de TIMAH, que se divide en
productos estañíferos y no estañíferos.
-
Productos estañíferos
Estaño
Banka (Sn 99,9%), 11 tipos de diferentes tamaños y formas (inclusive
granulado);
•
Estaño Mentok (Sn 99,85%), 8 productos (inclusive Tin anode ampere y Tin
strip);
•
Banka Low Lead: 6 productos en 10 variedades (Sn 99,95% - 99,92%);
•
Estaño Kundur: 3 productos con variaciones de aleaciones de 13 minerales
diferentes (99,92% sn)
•
Aleaciones: 2 productos en 11 variedades (Sn 56,5% y 97%);
•
Soldaduras: 25 variedades combinando 13 minerales diferentes y disponibilidad a
ampliar a gusto del cliente.
•
Estaño químico: utilizado ampliamente en el proceso de formado por inyección de
PVC, y como estabilizador de calor.
-
Productos no estañíferos
La
TIMAH cuenta con la “PT Timah Investasi Mineral” para producción no estañífera
y la “PT Timah Eksplomin” para investigación y exploración de minas no
estañíferas; laboratorio; estudios geológicos y geohidrológicos; planta
industrial de arena y exploración de minas de hierro.
•
Carbón mineral y asfalto de estándar internacional; servicios de ingeniería,
astillero, maestranza y transporte marítimo; mercadeo de materiales y equipos
para astilleros. (http://www.timah.com)
b) El reciclaje
El
reciclaje es la recuperación de minerales presentes en objetos que ya no se
usan y en residuos de la industria. Tiene una creciente importancia por su
impacto real o potencial en la oferta y demanda, y por ende en los precios.
Como vemos en la Tabla 2, EE.UU., cuenta para el reciclaje, con reservas de dos
tipos; minerales en objetos aún no desechados y minerales en condición de
residuos sólidos. Las importaciones de aluminio en EE.UU., el año 2009 fueron
de 3.680.000 TM pero sus reservas para reciclado son de 203 millones de
TM.
Según
las estadísticas mineras del Ministerio de Minería (2011), los EE.UU., otra vez
son el principal cliente de Bolivia. Ese año obtuvieron más del 30% de su
estaño vía reciclaje y, el 2008, fue el 56% (Tabla 3). Los porcentajes
correspondientes a otros minerales son también importantes (56% del aluminio) y
muestran su capacidad para autoabastecerse si los precios o la escasez lo
justifican.
Esto
no ocurre sólo en EE.UU. Un reporte de la Comisión sobre el Flujo Global de
Metales del PNUMA5 sobre el reciclado, establece que la tasa de
reciclado6 (EEL. RR) para los siguientes 18 metales está por encima
del 50%: aluminio, cobalto, cromo, cobre, oro, fierro, plomo, manganeso,
niobio, níquel, paladio, platino, renio, rodio, plata, estaño, titanio y zinc
(UNEP, 2011). Ente estos metales están justamente los más importantes para
Bolivia.7
El
reporte identifica tres obstáculos para el reciclado: a) baja eficiencia en la
recolección y procesamiento de muchos productos que están fuera de uso; b)
limitaciones propias del proceso de reciclado; y, c) frecuente abundancia y
bajo precio de las materias primas (UNEP, 2011) Es claro que si los precios
fueran altos, estimularían la solución de “a” y “b”, es decir, mientras más
altos los precios, más rentable el reciclaje.
El
líder de la Comisión, Thomas E. Graedel es claro al decir que ya que los
yacimientos mineros del planeta satisfacen cada vez menos la demanda, sea por
el bajo contenido de mineral, sea por problemas medioambientales o por
decisiones geopolíticas, podemos estar seguros que la mejora de las tasas de
reciclado va a ser vital para cualquier futuro sostenible.
c) Competencia entre países y sustitución de materiales
La
substitución de materiales ha tenido una importancia histórica, por ejemplo la del
caucho por derivados del petróleo y la del estaño, cuyo consumo descendió en
gran parte por su sustitución por aluminio y plásticos y modificación en su
uso, fundamentalmente en envases de alimentos y bebidas y la miniaturización en
la industria electrónica que disminuyó el uso de soldadura de estaño. (Sampere
López, 2001).
Bolivia
y Malasia, principales productores de caucho y estaño en el Siglo XX, son un
ejemplo trágico de competencia entre países pobres. La desgracia del uno fue la
suerte del otro. Las guerras impidieron varias veces las exportaciones de
Malasia beneficiándose Bolivia, pero las guerras pasaban y Malasia desplazaba a
Bolivia. Con todo, el petróleo reemplazó al caucho, el estaño cayó y ambos
competidores siguen en la pobreza.
Otro
caso es el del cobalto. A principios de los años 70, Zaire (Congo) tenía el 40%
de las reservas y junto a Zambia tenían 2/3 de la producción mundial. El
consumidor más grande era EE.UU. y carecía de reservas propias bajo tierra.
Debido
a una crisis política en Zaire, se dificultó seriamente la provisión de cobalto
y los precios subieron. La respuesta de los consumidores fue: a) sustituir
materiales y desarrollar nuevas tecnologías; b) reubicar las refinerías a otro
país y estimular otras minas en otros países; c) acaparar y racionar; y d)
mejorar la logística (Alonso y otros, 2007). Como resultado, la participación
de Zaire en la producción cayó del 47,6% en 1975 al 14% en 1998 y la de Zambia
subió de 8.1% el 75 al 33% el 98. Según la USGS, el 2010 Zaire se recuperó
hasta el 53% de la producción pero con sólo el 5% de refinería (el 2006 había
llegado al 1%). Otro caso es el del tántalo. Dos tercios de su producción
mundial se usan en componentes electrónicos. Cuando su precio aumentó
considerablemente a fines de 1990, la industria electrónica estimuló la mejora
de los condensadores y los condensadores múltiples de cerámica de niobio para
reemplazar los componentes de tántalo. En consecuencia la demanda de tántalo y
su precio cayeron bruscamente. (Korinek y otros, 2010)
Lo
anterior quiere decir que si Bolivia elevara a voluntad los precios de sus
minerales, otros países lo podrían vender más barato, por ejemplo, Perú, Chile
o Brasil. Además Bolivia depende de la voluntad del sector privado que tiene el
90% de la producción nacional.
Hoy
la disposición de los países pobres para competir entre ellos se ha agravado
como muestran las extensiones cada vez mayores que concesionan para minería e
hidrocarburos a las transnacionales, por ejemplo Chile (Ver mapa), Colombia y
Perú, que cubren gran parte de sus territorios. En cuanto a Bolivia, la zona
minera se ha extendido hacia el este, especialmente hacia Santa Cruz, bajo los
mismos patrones de producción que en las tierras altas. Las áreas potencialmente
hidrocarburíferas también se están entregando a las transnacionales. Como vemos
estos países se están preparando de muy buena gana para inundar el mundo con
más de lo mismo para hacer caer los precios.
Efecto de la relación de precios entre materias primas e industriales
Es
obvio que los precios de las materias primas son más bajos que los de los
productos manufacturados o industriales, pero para ahondar en sus consecuencias
veremos la fabricación de microchips o microconductores, una industria de punta
(Tabla 4). El año 2004, el mercado de los semiconductores representó USD 213
billones y estimuló la generación de USD 1.200 billones en el negocio de
sistemas electrónicos y USD 5.000 billones en servicios, lo que representó
cerca del 10% del PIB mundial ese año. Esta industria en los últimos 20 años
experimentó un crecimiento promedio de 13% (Korinek y otros, 2010) y las ventas
mundiales de semiconductores el 2011 alcanzaron un récord de $ 299,5 billones.
(Kazmierski, febrero 6, 2012)
En
la Tabla Nº 5 ilustramos la valorización desde el costo de la materia prima
inicial hasta el producto final de la cadena. La fabricación incluye gran
cantidad de químicos que aquí no se cuentan, porque lo que queremos mostrar es
que desde el punto de vista del país que provee parte de las materias primas
debe en extraer una cantidad suficiente de esa materia prima (34 kg por
microchip de 0,25 gramos) para llegar a los valores que vemos crecer en cada
fase de la cadena, lo que lleva a un impacto desmesurado en su economía, en su
medio ambiente y en su población8. En cambio para el comprador
implica que el vendedor siempre necesitará venderle materias primas para
comprarle sus productos industriales por su propia incapacidad de
fabricarlos.
El
valor inicial de 0,054/kg por las materias primas sube a 37,5/kg; un incremento
de 694 veces en esta fracción de la cadena (Tabla 5). Las demás etapas se miden
en otras unidades y esto difi culta la comparación; pero tomando el total
invertido (Tabla 6) en el inicio del proceso en materias primas, 121 millones
de dólares, al final del proceso llegamos a 782,3 billones con una relación de
1 a 6.465.
Ahora
veremos los materiales y la energía necesarios para la fabricación de una
computadora estacionaria que consta de un monitor y el CPU (Tabla 7).
La
Tabla 7 y Tabla 8 son una aproximación, pues la cantidad de materiales parte
del proceso es grande y como dice Williams, la información no es publicada de
buen grado por las empresas.
En
síntesis, la cantidad de materia prima utilizada por computadora es de 1.762 kg
(Tabla 9), es lo que los países que pagan la computadora con materias primas
deben extraer. De aquí, otro problema: a más materia prima extraída, más riesgo
de que baje su precio. Además el intercambio comercial se da en el mercado
internacional y éste se asienta en la división entre vendedores de materias
primas y vendedores de productos industrializados; y si estos ven su
rentabilidad en riesgo debido a los precios de los minerales los comprarán a
otro, los sustituirán, reciclarán, etc. y el vendedor “carero” se quedará sin
ingresos y sin productos industriales. Esa división internacional por tanto
obliga a los países primaristas a someterse a los industriales y, para que esto
funcione, es necesario que los países primaristas no se industrialicen; el
neoliberalismo dejó pruebas de ello y más aún la historia de Bolivia.
La
situación del vendedor de materias primas ya es difícil, pero imagínense si
este vendedor no es dueño de sus materias primas; es el caso de Bolivia, por
eso -más allá del estaño- consideraremos el restante 90% de su economía minera,
que es privada y en términos reales, es como sigue: -hablando en millones de
dólares- el 2009 se exportaron 1.871, para el país quedaron por regalías e
impuestos 104; el año 2010, de 2400 quedaron 290, y el 2011 de 3500 quedaron
420. Por eso, nos preguntamos ¿Dónde está el negocio?9
Bien,
¿para qué pueden alcanzar estas sumas? A Potosí, por ejemplo, el principal
departamento minero, el año 2011 le tocó 130 millones de dólares (Tabla 10) que
obviamente no alcanzan para atender sus necesidades internas sociales y
económicas, menos las consecuencias medioambientales de la contaminación, como
la del río Pilcomayo.
Pero
estas regalías, -podrán decir las transnacionales-, aunque pequeñas, son un
beneficio líquido que obtiene Bolivia sin trabajar, y que el resto del valor de
las exportaciones son costos de producción más una pequeña ganancia líquida
para la empresa.
Al
respecto, aclaramos primero, que un beneficio líquido no tiene más costos que
enfrentar, en cambio las regalías deben enfrentar costos de producción que las
empresas no anotan en sus cuentas: daños ambientales y sociales y destrucción o
uso gratuito de otros recursos. Segundo, los costos de producción no son dinero
perdido, es capital que se va al exterior a movilizar otras empresas e incluye
sus ganancias. Por tanto, las regalías que no compensan los daños ni alcanzan
para el desarrollo son un absurdo económico; no es oro entregar 100 a cambio de
5.
Volviendo
a la computadora, para que Bolivia pueda pagarla debe permitir a las
trasnacionales una extracción de materias primas muy por encima del precio de
la computadora, porque de lo extraído sólo le corresponde el 5%.
Si
toda o la mayor parte de la riqueza que se exporta fuera producida por la
empresa estatal, sería mucho mejor, como en el pasado, pero no a largo plazo si
el país continúa atado a las materias primas., por ello nacionalizar y no
industrializar no tiene sentido
(Continuará...)
NOTAS
1
El oro viene cayendo desde septiembre 2011 pero la dinámica de sus precios se
diferencia del resto porque este metal es utilizado como una reserva monetaria.
2
Al menos en Indonesia, la Indonesia’s Tin Industry Association (ITIA) que
incluye la estatal TIMAH, la mayor de ese país y la 3ra del mundo, suspendió
sus exportaciones en octubre del 2011 hasta que se recuperen los precios del
estaño. El 2012, en agosto, cerraron por la misma razón 24 de 28 fundiciones.
Además, la ITIA exige que Indonesia establezca su propio mercado de estaño para
que los compradores pasen por alto la LME (Inglaterra). El estaño cayó hasta un
32% el 2012 por el paso de la desaceleración de EE.UU. a China y Europa,
reduciéndose la demanda del estaño para todos sus usos (desde latas a
televisores y teléfonos inteligentes). En el segundo trimestre del 2012, la
expansión de China (47% de la demanda mundial) fue la más lenta en tres años.
El crecimiento de sus exportaciones de 11,3 por ciento en junio cayó al 1% en
julio. La zona euro de 17 naciones se contrajo en 0,2% en el segundo trimestre,
tras haberse estancado en los tres primeros meses. (Yoga Rusmana & Maria Kolesnikova,
21-08-2012. Tin Bear Market Shuts 70% of Indonesia Smelting Capacity. http://www.bloomberg.com)
3
Huanuni en peligro ¿Otra relocalización? El Diario, 23 de septiembre de 2011
4
Ver ilustraciones A y B
5.
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
6.
El porcentaje de un metal descartado que es reciclado
7. UNEP. 2011. Recycling Rates of Metal. A status report: United Nations
Environment Programme, 2011.
8.
Los hidrocarburos utilizados para producir una computadora son aproximadamente
9 veces su peso en comparación a un automóvil donde es el doble de su peso,
pero la fabricación de una computadora por ser de alta tecnología es más
intensiva en energía. Esto sumado al corto tiempo que se mantiene en uso eleva
su impacto ambiental al nivel del de un refrigerador, el aparato más
electrointensivo del hogar. (Williams, 2003)
9.
Ver Petropress N° 25, mayo 2011.