(Parte I) LA TERCERA NACIONALIZACIÓN DE LOS HIDROCARBUROS EN BOLIVIA

La industrialización del gas y la refundación de YPFB en 5 meses (Pablo Villegas N)

En síntesis, en vez de la industrialización del gas, lo que se ha fortalecido es la industrialización de nuestro gas en los países vecinos, y con ello se ha agravado nuestra dependencia de la exportación de gas en bruto.

Además de pequeña, esta nacionalización, como advirtió Enrique Mariaca, no recuperó todo lo que YPFB había aportado a la conformación de las capitalizadas. YPFB no aportó en dinero sino en activos (instalaciones, etc.…) y reservas de hidrocarburos, que eran lo más valioso pero fueron transferidas a precio cero. Si la nacionalización verdaderamente recuperaba los hidrocarburos no había razón para que YPFB tuviera solo el 50%+1 de las acciones. Por tanto, recuperando sólo acciones y no el aporte efectivo de YPFB se consolidó el robo de nuestros recursos. 

Parte II    Parte III final



Es relativamente normal que los gobiernos que hacen nacionalizaciones o amenazan con hacerlas tengan un discurso público fuerte y descalificador, pero que en privado pretendan hacer un arreglo que satisfaga a las partes, …“. (1)

El problema actual


El año pasado (2010), el país recibió 1.688 millones de dólares por IDH (2), regalías y participaciones. El 2011 se prevé importaciones de combustible por aproximadamente 1.002 millones de dólares. Esto nos quitaría el 65% de los ingresos del IDH y nos quedaría el 35%. A esto hay que quitarle el subsidio que reciben las empresas de los pozos marginales y pequeños para producir petróleo, y en el futuro habrá que quitarle también los subsidios que el gobierno está anunciando para las empresas a fin de incentivarles a que exploren. (3)

Por otra parte, no hay una solución rápida a la importación de combustibles y las reservas de petróleo se agotarán en unos años. Según recientes declaraciones de Carlos Villegas, presidente de YPFB, el periodo de exploración toma 3 a 4 años y el de desarrollo tres (4).

Ante una situación de este tipo cualquier país soberano pondría su empresa de hidrocarburos a trabajar duro para encontrar el petróleo y extraerlo, pero ese no es nuestro caso. El país se halla totalmente desarmado porque no tenemos una empresa con la capacidad suficiente. YPFB, nuestra empresa, es dependiente de la producción de hidrocarburos de las trasnacionales. Podemos ver en la tabla inferior, que éstas producen cerca del 80% del total del gas natural y una cifra similar de petróleo. La situación puede resultar peor si consideramos que en la empresa Andina, YPFB sólo tiene la mitad de la propiedad.



Antes de la capitalización (5) la situación era distinta: YPFB tenía el 85% de la exploración y explotación, y el total del resto (refinación, etc.). Quiere decir que con la nacionalización ni siquiera hemos vuelto a la situación previa a la capitalización. Aunque las leyes griten que somos los dueños de los hidrocarburos, la producción y de ahí el abastecimiento del mercado interno y la exportación está de hecho en manos de las trasnacionales. Esto muestra que lo central de una nacionalización no es la elevación de las regalías, sino liberar al país de los caprichos de las trasnacionales, quedando la producción y todo el resto en manos de una empresa nacional; y sólo esto puede garantizar la industrialización.


Con la dependencia de las trasnacionales en que ha caído YPFB era cuestión de tiempo que éstas aprieten el collar al gobierno. El resultado es el decreto 748 y, como muestra abundantemente la prensa estos días, el gobierno se ha dedicado a pregonar los derechos de las trasnacionales a obtener mayores ganancias y subvenciones y la obligación del pueblo a pagar lo que haya que pagar.

La industrialización


El objetivo central de la Agenda de Octubre era la industrialización, para eso se pedía la nacionalización. Pero la historia de la industrialización del gas hasta nuestros días, trata más que todo de declaraciones y anuncios de proyectos millonarios que nunca se realizaron. Eso sabemos todos, pero conviene un breve repaso.

La industrialización se anunció en noviembre del 2006; se iniciaría en Ayo Ayo, La Paz, con una planta de conversión de gas a líquidos, diesel sintético y gasolina sintética; Concluiría en dos o tres años. Se dijo que ya había el estudio de factibilidad. La empresa norteamericana Franklin Oil, con las colombianas Promigas, Yanogas y Parque Soft se asociarían a YPFB, en una proporción de 50-50% y de alguna manera, entraría también la Alcaldía de Ayo Ayo (7). El proyecto quedó olvidado y al pueblo nunca se le explicó nada. Otros detalles de este proyecto, siguen abajo:


Inversión total
·          Entre 200 y 250 millones dólares
Instalaciones
·          Planta de conversión;
·          Gasoducto desde Villamontes (entre otros)
Producción
·          200 BPD (0,9% del consumo nacional)
Ingresos alcaldía Ayo Ayo
·          10.000 dólares mes
Empleos generados
·          Inicialmente 700 -1.000 excepto personal de la planta de quinua
Otros
·          Gas domiciliario para 70.000 familias

En febrero, 2006, el gobierno puso a la Gerencia Nacional de Industrialización (GNI) a realizar estudios para la industrialización de los hidrocarburos. El año siguiente, el Vicepresidente García declaró: “Hay que bautizar el 2007 como el año de la industrialización del gas” (8), pero, como todos sabemos, ese año no pasó nada, ni tampoco el siguiente.

La GNI llegó a elaborar 12 estudios de prefactibilidad de industrialización del gas natural incluyendo indicadores económicos y proyecciones de mercado para una inversión aproximada de 7.700 millones de dólares a implementarse en cuatro polos de desarrollo (9). Pero esos proyectos no se realizaron y la GNI fue liquidada el 25 de noviembre, 2009. Nunca imaginó -dice Saúl Escalera que fue su gerente-, que la principal tranca a la industrialización del gas natural estaría entre los sucesivos Ministros de Hidrocarburos y presidentes de YPFB.

Paradójicamente, el mismo año del cierre de la GNI, el 2009, en la inauguración de la segunda fase de perforación de “Víbora 34 D”, el Vicepresidente García, dijo que: “Se inició la década de oro de la industrialización en Bolivia.” (10), aunque todos sabemos que la perforación de un pozo no es industrialización.

Con el tiempo, la cantidad y la magnitud de los proyectos de industrialización fue disminuyendo. En el Plan de Inversiones 2009-2015 bajo el título “La prioridad es la industrialización” se contaba 4 proyectos para ese periodo: petrocasas, planta de urea y amoniaco, planta de GTL y el abastecimiento de gas natural para el Proyecto Siderúrgico del Mutún que ingresaría en una fase de producción a partir del 2011. Después de la experiencia de estos 6 años, preferimos no comentar los plazos.


El destino del gas en los proyectos Petrocasas y Mutún es generación de electricidad, es decir, no su industrialización. El PVC que se utiliza para las petrocasas será importado. Quiere decir que la Tabla 2 tiene solo dos proyectos de industrialización, no cuatro, y no se entiende por qué los incluyen en una tabla de proyectos de industrialización. El total del gas a ser industrializado estaría entre 9,3 y 15 MMmcd, pero si excluimos lo que impropiamente fue puesto como industrialización, quedamos sólo con 6,5 MMmcd. La inclusión de las Petrocasas y el Mutún en esta tabla da la impresión de que se está industrializando aproximadamente el doble de lo real. Esto es común en el manejo de datos hecho por el gobierno. Abajo vemos el plan de inversiones 2010-2015 del gobierno por un total de 32.837 millones de dólares, según el mismo, orientados a la industrialización del país.




En la Tabla 3, vemos que más del 80% está destinado a la producción de materias primas; sólo 2,8% a Desarrollo Industrial; apenas 1,1% a Desarrollo Rural y, a Ciencia y Tecnología apenas el 0,1%. En “Otros” pusimos educación, vivienda, salud, seguridad pública, etc.., y, el famoso satélite que costará más que el Desarrollo Rural.

En el plan de inversiones de YPFB 2010-2026 se incluyó una Planta de polímeros o polietileno y una fábrica de plásticos en sociedad con Braskem, de Brasil. Esto no pasó del memorando de entendimiento firmado el 2007 entre Brasil y Bolivia (12). Así también les fue a los numerosos acuerdos con países como Rusia, que fueron ampliamente publicitados. Del Granado reporta que en el Congreso petrolero de la CBH del 2010 el gobierno sólo había mencionado el proyecto de amoniaco-urea en el Chapare, que el Presidente de YPFB, había asegurado en el Congreso del año anterior que iniciaría operaciones el 2010. (13)

En vez de industrializar, lo que se hizo fue poner obstáculos para no hacerlo. Uno de éstos es la firma de la cuarta adenda del contrato de exportación de gas natural a Brasil que compromete a Bolivia hasta el 2012 a seguir exportando gas de 9.400 kcal/m3, que tiene que ser gas húmedo porque el seco es de sólo 8.900 kcal/m3; (14) por ello, la separadora de Río Grande, recién licitada, procesará sólo 6 de los 30 millones de metros cúbicos diarios que se exportan al Brasil. Esto es que para el gobierno, las necesidades de materia prima de Bolivia para la industrialización son menos importantes que las de Brasil. Está claro a quién beneficia esta política, pues en el lado brasileño y argentino Petrobras tiene plantas que aprovechan industrialmente nuestro gas; separan gasolinas, GLP y otros compuestos; y Argentina le vende GLP a Bolivia (15). Valga la aclaración que la cuarta adenda no fue firmada en tiempos del neoliberalismo, sino en diciembre, 2009.

Otro ejemplo de lo que perdemos por no industrializar es el caso del Complejo Petroquímico en Carrasco tropical de Cochabamba, el proyecto estrella de la GNI para producir urea, amoniaco, fertilizantes NPK, etanolaminas y termoelectricidad, con una inversión de 1.500 millones de dólares. Comenzaría a operar el año próximo (2012) aprovechando 1,4 MM m3/día del metano rico de Bulo-Bulo. El proyecto no se realizó pero en mayo, 2010, Petrobras inició acciones en Mato Grosso del Sur para construir una planta de fertilizantes que usará gas boliviano; después construirá tres más. (16)

A pesar de esto, el gobierno, en vez de ir hacia la industrialización se ha puesto a fabricar sesudos pretextos para no hacerlo. Así es como Manuel Morales, que era responsable de un equipo encargado de la estrategia del sector llegó a decir como gran cosa, que estaban introduciendo el concepto de “agregación de valor” en la industrialización, como si hasta ahora a nadie se le hubiera ocurrido idea tan genial. Saúl Escalera recuerda que también Carlos Villegas, cuando era Ministro de Energía e Hidrocarburos, había dicho que el gobierno no estaba dispuesto a subvencionar la petroquímica con un gas barato, y que el precio sería el mismo que paga la Argentina. (17) Villegas no se refirió al precio que paga el Brasil, que es más bajo, lo que quiere decir, otra vez, que los intereses nacionales son menos importantes que los de ese país.

Bien, en la Ilustración 1 podemos ver que el valor del gas industrializado prácticamente se multiplica de modo que, entregar gas barato a la petroquímica nacional no puede ser una pérdida, solo es un incentivo. (18)



En síntesis, en vez de la industrialización del gas, lo que se ha fortalecido es la industrialización de nuestro gas en los países vecinos, y con ello se ha agravado nuestra dependencia de la exportación de gas en bruto. La importancia que en los hechos ha tenido la industrialización del gas, refleja la elaboración de la ley 3058, en cuya discusión apenas se la mencionó resultando sólo algunos artículos flojos sobre el tema.

¿Cuánta energía requiere la población?


Un objetivo infaltable de cualquier nacionalización ha sido dar energía a la población y a la industria nacional; pero, las trasnacionales siempre prefirieron exportar. Y un tema esencial ha sido cuánto de energía necesita la población. El objetivo es dar energía no sólo para que salve las necesidades más básicas, como si fuera limosna, sino para que pueda estudiar, producir más, tener mejor salud, en fin, para que se desarrolle. Por eso el antiguo YPFB elaboró el proyecto de gas domiciliario por red al altiplano, como parte de un proyecto que incluía un gasoducto hacia las minas, para la metalurgia, y al mutún para siderurgia.

Lamentablemente, ahora se mide la necesidad de energía de la población partiendo de un consumo forzado a mantenerse en lo bajo. Con este criterio: “el juego ha consistido en controlar o racionar el consumo y distribuir los déficits en los departamentos del eje central. (19) Esto favorece a las potencias del mundo porque al estimular el consumo de energía en los países pobres, especialmente en los productores de hidrocarburos como el nuestro, empeora la disponibilidad de energía en los mercados internacionales. (20)

La “Estrategia de YPFB” calcula las necesidades de la población, en base a lo que ha sido el consumo a lo largo de los años, que como hemos visto es un consumo bajo a la fuerza. Esto muestra la inexistencia de una política nacional para dotar a la población de energía con el objetivo de crear las condiciones para su desarrollo; igual ocurre para calcular la energía necesaria para la industria nacional. Pero no nos referimos a cualquier industria, sino a la industria estratégica, la que el país necesita para garantizar  su seguridad y soberanía nacional; entre otras cosas, para soportar los bloqueos de alimentos, combustibles, productos industriales, etc.… que vienen cuando un país pobre como el nuestro se decide a aplicar una política soberana.

En resumen, las ganancias que obtenemos por exportar energía se van cada vez más en importar energía; esa energía es mucho más cara que la que exportamos. Frente a esto, YPFB, no se ha reconstituido; la industrialización, no se ha hecho; y energía para el pueblo sólo hay como limosna. Pero ¿No era que se había nacionalizado? Ahora veremos qué ha pasado con la nacionalización.

(Publicado en Petropress 24, febrero, 2011)

NOTAS:

  1.- Lecciones de diplomacia ante el huracán de las nacionalizaciones. Ramón Eduardo Guacaneme. Universia Knowledge, 06 octubre, 2008.
  2.- El valor total de la producción de los hidrocarburos se divide en dos, de lo cual una mitad es totalmente para el Estado (IDH y regalías). De la otra mitad (o remanente) se devuelve a las empresas sus costos (hasta en un 60% de los remanentes) y del resto de esa mitad se parten utilidades entre YPFB y las empresas.
  3.- Hay también incentivos para campos marginales y pequeños de gas, consistente en la asignación prioritaria de mercados de exportación.
  4.- Entrevista a Carlos Villegas. La Razón, 9 de enero, 2011
  5.- En realidad se trató de la entrega de las empresas estatales al sector privado transnacional.
  6.- La refundación de Yacimientos se posterga hasta marzo del 2007. La Razón, octubre 13, 2006
  7.- Industrialización del gas comenzará en Ayo Ayo Opinión, 2006-11-15
  8.- El año de la industrialización será el 2007. Pablo Ortiz. La Prensa, Octubre 30, 2006
  9- Industrialización del gas natural en Bolivia. Saga de una Ilusión Nacional Postergada. Saul J. Escalera, Cochabamba, Bolivia, julio, 2010
  10.- Campo Víbora: desarrollo para el país. YPFB sde
  11.- The bolivian economic performance and investment program 2010 – 2015 Luis Alberto Arce Catacora. Minister of Economy and Public Finances . http://www.economiayfinanzas.gob.bo/index.php?opcion=com_contenido&ver=contenido&id=146&id_item=88#presentaciones
  12.- Cuatro proyectos de YPFB para la industrialización del gas, sin fecha. La Prensa, 2 de Septiembre, 2009
  13.- Congreso petrolero de la CBH. Hugo del Granado. La Prensa, 29 de agosto, 2010.
  14.- La industrialización de hidrocarburos ¿Realidad o ficción?. Jorge Márquez Ostria. Petropress N° 21, agosto, 2010.
  15.- Jorge Márquez Ostria.Op. cit.
  16.- ¿Una sola oposición? Andrés Solíz Rada. Bolpress, 7 de febrero, 2011.
  17.- Finalizando el 2010, el Viceministerio de planificación estratégica manifestaría que la industrialización es la legitimización del imperio.
  18.- Una tonelada de gas cuesta cerca de 200 millones de dólares. Industrializado en petroquímica, cuesta 700 millones de dólares y convertido en plástico, 3.000 millones dólares. (Cuatro proyectos de YPFB para la industrialización del gas. La Prensa, 2 de septiembre, 2009)
  19.- Crisis energética en Bolivia, el caso del GLP: No es falta de inversión es falta de nacionalización. Jorge Téllez Sasamoto. Hora 25 Nº 46, junio-julio 2007.
 20.- The Role of National Oil Companies in the International Oil Market. CRS Report for Congress , August 21, 2007. Pirog, Robert. Congressional Research Service, 2007.