Está
claro que la importancia del Dakar es propagandística y ésa es la
utilidad que también le hallaron otros gobiernos del continente, más o
menos como ocurre con el fútbol. Es más que un negocio, más que solo
propaganda; es el reflejo de una manera de pensar.
Pablo Villegas Nava (La Razón, 26 de abril de 2015)
El desempeño de
las autoridades bolivianas en el Dakar del 2014 fue excepcional. La seguridad a
cargo de miles de policías y militares en la ruta del Dakar; movilización de
equipos médicos, entre otras cosas, 100 ambulancias, capacitación de salud a
militares; y con las instituciones de servicios de carreteras,
telecomunicaciones, surtidores móviles de combustible, etc, empleadas a fondo.
Incluso se evitó una falencia común en nuestro país, la falta de baños.
Ahora ya se habla
del Dakar 2016 y de un Dakar de ciclismo. El Dakar 2014 es historia; pero la
historia nos lleva a considerar hechos y relaciones que en su momento no eran obvios.
El Dakar de ese año coincidió con un evento trágico. Nos lleva a esto justamente
el mencionado empeño gubernamental, porque fue muy distinto al demostrado ante aquel
otro evento. Hablamos de las inundaciones que se llevaron más de 60 vidas dejando
unas 60.000 afectados mientras el gobierno se negaba a declarar el desastre
sosteniendo que todo estaba bajo su control.
Esto muestra las
dos caras de la pobreza. Una es la falta de recursos y la otra es el mal uso de
lo poco que se tiene; un uso que muchas veces es injusto. Citemos por ejemplo las
brigadas médicas para los afectados. Según el entonces Ministro de Salud, Calvimontes,
eran 95 brigadas médicas, conformadas por 201 profesionales[1].
Es decir brigadas de dos personas. Al Dakar le tocaría 100 ambulancias y
personal de salud, policial y militar por miles.
Según el ministro
de la presidencia, el Dakar está cambiando la economía del país. Veremos eso luego, pero ¿cuánto fue la
inversión y cuánto el beneficio?
El gobierno pagó
2,5 millones de dólares por la franquicia para participar el 2014 y 3 para el
2015. ¿Cuánto fue el costo aparte de la franquicia? Sin documentación pública no
sabemos a ciencia cierta. En cuanto a los beneficios, según Quintana el “movimiento”
económico –que no es lo mismo que líquido- generado fue de 66 millones.[2]
Para el rally 2015, el ministro de Culturas y Turismo[3]
calculaba una inversión estatal de $bs. 40 millones (20 franquicia y 20 otros)
y un movimiento económico resultante de $bs. 600 millones. Cálculo hecho estimando
el gasto promedio por turista. Visto así, los 350.000 turistas arribados según
el gobierno tendrían que haber gastado en promedio $us177 para generar un movimiento
de $us 62 millones[4]. Para el
2015 se estimó un movimiento de $bs 600 millones y la llegada de medio millón
de turistas. El resultado es un gasto promedio de $us 1.288; 7 veces más. Hay
un problema de cálculo, pero también de transparencia, entre otras cosas sobre
la cuantificación de los turistas y ni la web oficial del Dakar ni la del
ministerio sirven de ayuda.
Como sea, es de
todos modos difícil aceptar que los $us 92 millones estén cambiando la economía
del país porque son poca cosa ante los más de $us 30.000 millones del PIB del
2013 (el del 2014 hasta ahora no se publica). Vale aclarar que la cifra del
“movimiento” generado no distingue detalles tales como los ingresos de las agencias
de turismo que no depositan en el país.
Los beneficios
han sido claramente exagerados. Por ejemplo, la gerente de la empresa estatal
Boliviana de Turismo (Boltur), dijo que Bolivia se posicionó como uno de los
destinos turísticos más importantes del mundo con el Dakar. Está claro que
estamos muy lejos de que eso sea realidad.[5]
El 2012, por ejemplo CANATUR (Perú) calculaba ingresos por Dakar de unos $us
600 millones (Bolivia: 600 millones de bolivianos), lo que corresponde a la
capacidad turística de ese país, que le permitió a Carlos Canales, presidente
de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) decir que “El aporte del Dakar al
turismo receptivo ha sido prácticamente imperceptible. No … más allá de
posiblemente unos 15 a 20 mil turistas de zonas de frontera … . Más allá de eso
no ha habido un aporte fundamental ni sólido al turismo receptivo.”.[6]
Bien, pero
supongamos que el Dakar es de todos modos un negocio que aporta en algo a la
economía. De ser así cualquiera estaría en el derecho de cuestionarlo. Pero los
hechos muestran lo contrario, como se ve no solo de declaraciones de las
autoridades sino de medidas asumidas contra quienes asumieron una posición
crítica.
¿Què es realmente
el DAKAR? Lo dijo el presidente al inaugurar la nueva vía La Paz-Oruro; que si
él no estuviera en el gobierno: " sencillamente no había este camino, no
se consolidaba la nacionalización, no había Dakar, no había G77 más China, no
había plantas de separación de líquidos". [7]
O sea el Dakar con sus 92 millones de dólares está al lado de la
nacionalización con la millonada que según el propio gobierno aporta al país. Está
claro que la importancia del Dakar es propagandística y esa es la utilidad que
también le hallaron otros gobiernos del continente, más o menos como ocurre con
el futbol. Pero en el caso de Bolivia hay algo más. Como dijo el vicepresidente
García, cuando se criticó el patrocinio con fondos públicos de deportistas que
participaban en la competencia. García comentó que Bolivia ha pasado del “derrotismo
catastrófico al optimismo histórico” que tiene un Estado "sano y
transparente.[8]
La crítica específica
de una operación económica determinada se encuentra con una respuesta que
pretende representar la esencia de la patria ofendida. El DAKAR es más que un
negocio, es más que solo propaganda; es el reflejo de una manera de pensar.
El lanzamiento
del primer satélite boliviano Túpac Katari, la presidencia del G77 más China y
el paso del Dakar por territorio boliviano posicionaron a Bolivia en el mundo[9],
ha dicho el presidente Morales.
El
posicionamiento mundial, el ser más visto en el mundo, la marca Bolivia, y la obligada
unidad nacional ante estos objetivos, son una nueva versión de un problema
viejo que se manifestó también en los años 90 como el “país de ganadores” del
mirismo. Esto expresa la frustración de sentirse menos, de sentirse más chico,
de querer ser “grande como papá”. Y como el mundo actual está lleno de los símbolos
del más fuerte; construcciones gigantescas, campeonatos deportivos de todo
tipo, el Dakar, se los adopta y se considera traidor al que se opone porque no
nos deja crecer. Recordemos que el 2010 ya se pretendió traer el concurso de
miss universo. Este sentimiento es una clara manifestación de un pensamiento
colonizado.
FUENTES (ABI
excepto si se indica otra cosa)
[1] Calvimontes: brigadas médicas
prestan atención en 30 municipios afectados por las lluvias. ANB / ABI, 20-2-2014.
[2] 2014-11-23 Quintana: Bolivia
sextuplicará el retorno de la inversión para recibir al Dakar 2015
[3] 2014-12-28 Bolivia espera un movimiento económico de Bs 600 millones
durante el paso del Dakar 2015
[4] 2014-12-14 Quintana destaca que versión
del 2015 del Dakar será "intersalar e interoceánico"
[5] 2014-03-27 Bolivia se posicionó como uno
de los destinos turísticos más importantes del mundo con el Dakar
[6] Canatur: aporte del Dakar al turismo
receptivo ha sido prácticamente imperceptible. 14/3/2013. infoturperu.com.pe.
[7] 2015-02-02 Morales: las carreteras se construyen gracias
a la lucha y al voto del pueblo
[8] 2015-01-28 García Linera: el Estado seguirá apoyando a
los deportistas e intelectuales para cambiar la historia del derrotismo
catastrófico
[9] 2014-01-22 Satélite Túpac Katari,
presidencia de G77 y Dakar posicionan a Bolivia en el mundo: Morales