AREAS PROTEGIDAS: EL GONISMO CONFIRMA SU COINCIDENCIA CON EL MAS



Respuesta a la réplica de la hija de Goni :
"el gonismo y el masismo aunque se esfuerzan por aparecer como polos opuestos, en realidad coinciden en la defensa de una causa común obedeciendo las demandas de las petroleras."
Pablo Villegas N., 
Investigador del CEDIB, 29/6/15

Alejandra Sánchez de Lozada publicó recientemente una réplica a mi artículo del 25/6/2015 con el fin de demostrar por una parte que el decreto Nº 2366 del MAS no es similar al proyecto de ley que ella patrocinó el 2003 y por otra, que el gobierno de Sánchez de Lozada fue medioambientalista y que cometo un error al sostener que tuvo una actitud favorable hacia las petroleras. Veamos las cosas en ese orden:

1.- Según la autora su proyecto de Ley fue elaborado “… especialmente, para controlar las actividades petroleras, mineras y forestales que ya existían en algunas de esas áreas protegidas.”. Como vemos, el entrecomillado hace innecesaria la discusión pues confirma que su proyecto perseguía el mismo objetivo del decreto masista; o sea, que las petroleras se queden en las AAPP y que se autoricen sus actividades. Esto demuestra la identidad del gonismo y el masismo con los intereses de las petroleras. Como he citado en mi artículo y en notas posteriores, esos objetivos ya fueron declarados por el personal de su propio equipo y funcionarios del gobierno de Goni.

2.- En cuanto al segundo punto, sostengo que el gobierno de Goni tuvo una posición favorable a las petroleras porque privatizó los hidrocarburos por medio de un ilegal decreto supremo que entrega la propiedad de los hidrocarburos a las transnacionales en boca de pozo; porque firmó contratos privados con las petroleras que violaban la CPE; porque les entregó los megacampos diciéndole al país que habían sido descubiertos por ellas cuando en realidad fueron descubiertos por YPFB; porque les rebajó los impuestos del 50% al 18% a través de la artimaña de los campos nuevos y existentes; porque además de promulgar la leyes de capitalización y de corredores de exportación entre otros, modificó las leyes de hidrocarburos y minería para enajenar nuestros recursos naturales (esta última por ejemplo, dio a las concesiones el carácter de perpetuidad); porque firmó numerosos tratados coloniales de protección recíproca de inversiones que no dejan lugar para el medioambiente cuando se trata de inversionistas extranjeros y que además consignan las concesiones de recursos naturales otorgadas a los inversionistas como parte de sus inversiones, como si fueran su patrimonio; finalmente, porque es en razón de esta política que las petroleras obtuvieron concesiones en las áreas protegidas. Dicho esto está claro que es irracional pretender que el gonismo fue un régimen medioambientalista, ni hablar ya de la contaminación del rio Pilcomayo provocado por las minas de Goni.

En cuanto a los avances normativos específicos, incluyendo entre otros el incremento de las áreas protegidas que menciona la autora, es necesario aclarar que esto no fue idea de Goni. Fue parte de una gran corriente internacional que tuvo décadas de maduración y que también estaba representada en Bolivia. Esta corriente sin embargo, fue capturada por los organismos supraestatales como el Banco Mundial que terminaron utilizándola para darle un baño verde a su torta neoliberal en todos los países donde impusieron ese régimen, lo cual ha sido debidamente demostrado por las auditorías a la deuda externa hechas en el Ecuador

Esto no quita que en Bolivia de todos modos, muchos medioambientalistas tanto nacionales como extranjeros trabajaron duro para que estas políticas medioambientales tuvieran un contenido apropiado y lograron algunos éxitos, pero les corresponde a ellos mismos valorar su propio aporte y no permitir que sea atribuido a un régimen que fue nefasto y sanguinario para el país y que sea presentado como el lado positivo de dicho régimen.

Para concluir, nunca hasta ahora los Sánchez de Lozada habían salido a responder directamente a nadie por las múltiples acusaciones de que suelen ser objeto, entre ellas el haber cometido crímenes de lesa humanidad, por lo cual es claro que la apresurada réplica de la autora a mi artículo no es motivada principalmente por la defensa de la honra de su familia sino por el deseo de respaldar solapadamente las actividades de las petroleras en las AAPP. Esto quiere decir que el gonismo y el masismo aunque se esfuerzan por aparecer como polos opuestos, en realidad coinciden en la defensa de una causa común obedeciendo las demandas de las petroleras.