La crisis económica y el retorno del FMI a Bolivia (o del 21060)


Hasta hace poco las élites no oficialistas (expertos, políticos, empresarios) no querían hablar de la crisis económica ni del cercano fin de las reservas de gas; preferían ignorarla (igual que el gobierno). De repente eso ha cambiado. ¿Y qué proponen?
Pablo Villegas N. 8.3.23

Con más o menos floreo, su propuesta es devaluar, poner fin a los subsidios, privatizar; a eso le llaman “sincerar” la economía.
 
Esto es lo mismo que quiere hacer el gobierno desde hace años, pero no encuentra la forma de hacerlo. Recordemos que el 2010 trataron de quitar los subsidios a los combustibles, pero una reacción masiva de la población les obligó a retroceder, o sea que otro intento podría significar su caída; lo mismo, una devaluación monetaria.


Desde este punto de vista, el repentino despertar de las élites no oficialistas, sus “críticas”, están ayudando al gobierno a convencer a la opinión pública de que la solución a la crisis es que paguen los pobres y los sectores medios, aunque esta es resultado de la irresponsabilidad de los que gobernaron, pero también de los que se callaron.


No voy a especular sobre el por qué se decidieron a hablar, posiblemente tiene que ver con que los importadores se están quedando sin dólares para importar y eso ya es un asunto serio, pero el hecho coincide con la publicación del documento del FMI, (https://www.imf.org/en/Search#q=bolivia&sort=relevancy) que tiene un carácter de programa.

En ese documento, el FMI plantea una serie de medidas que hay que interpretar a partir de la experiencia y de eso nos sobra. A continuación hacemos un punteo de lo que el FMI recomienda:
 

Restringir los gastos de estado:

Esto parece muy razonable, pero en realidad no discrimina entre servicios básicos, (por ejemplo educación y salud) por un lado, y los supernumerarios de los ministerios, inteligencia, etc, por otro. De acuerdo a la experiencia, lo más probable es que la reducción se aplique a los sectores que atienden las necesidades de la población y muy poco a los que le complican la vida, le espían, y sirven de grupos de choque del gobierno.
 

Reducción de inversión pública:

Esta medida produce recesión, pero por la experiencia, más allá de la reducción de gastos (incluyendo inversión) lo que se busca es reducir el estado, no para que sea eficiente, sino para volverlo incapaz de representar los intereses nacionales en la economía; para que sea un esbirro del capital transnacional, como fueron los gobiernos desde 1985 que gobernaron a punta de estados de sitio y represión y vendieron todo, en especial, los de Víctor Paz y de Gonzalo Sánchez de Lozada.
 

Subir impuestos:

Lograr esto ha sido francamente el único campo de la economía donde ha tenido éxito el MAS, pero está claro que no basta para sostener el estado. Lo que plantea el FMI es la ampliación de la base tributaria, es decir, hacer que más gente pague impuestos. ¿Cómo? El documento dice, abordando la informalidad y reformando la administración tributaria y aduanera, fortaleciendo al rastreo de mercancías y mejorando el cumplimiento de los procedimientos de importación. Con esto queda claro que la informalidad a la que se refiere son los gremiales. El gobierno ya trató de hacer una reforma convirtiendo a la aduana en una especie de cuerpo parapolicial limitando los derechos ciudadanos (ver: https://tinyurl.com/4uydee73) fracasó parcialmente, pero podemos esperar que continúe tratando. 
 

Quitar subsidios y otros

La receta del FMI incluye naturalmente la reducción de los subsidios a los combustibles, la devaluación monetaria y el endeudamiento externo para rellenar las reservas internacionales. También recomienda el uso de arbitrajes internacionales (¡para más Quiborax!) así como una reforma de la legislación de hidrocarburos y de minería, dice, con el objetivo de fomentar la inversión privada, incluyendo el litio, pero que de acuerdo a la experiencia, van hacia una nueva "capitalización" o privatización. 
 
Este planteamiento es el que se aplicó en 1985 con el famoso DS 21060, y en realidad, es el mismo que el FMI aplica a todas las situaciones. Esta ha sido la escuela de economía en que se ha formado tanto la izquierda como la derecha durante las últimas décadas y es evidente en la comunidad de opiniones sobre la crisis que se vienen manifestando en los medios.