Los BRICS han dado mucho que hablar en los últimos tiempos, especialmente por la desdolarización, un tema que va adquiriendo cada vez más eco entre los medios, aunque de todas las calidades.
Pablo Villegas N. 23.2.23
El hecho de que Rusia y China sean el motor, ha dado lugar a un resurgimiento de las explicaciones ideologizadas con etiquetas de los 60-70s; izquierda, derecha, comunismo... Naturalmente, esto favorece a ciertos líderes haciéndolos aparecer como identificados con los sectores populares, pero oscurece la comprensión.
Cuando vamos al modelo económico, a la estructura, a las estadísticas y la legislación de los gobiernos latinoamericanos, las diferencias entre los discursos de izquierda y derecha pierden su importancia; lo mismo en el plano internacional, un buen ejemplo es el envío de tropas a Haití por los países latinos sin importar sus posiciones antiimperialistas.
Que ahora los BRICS hubieran adquirido un carácter transformador del orden mundial, obviamente no es por ideología o al menos no por la que caracterizó el siglo pasado. (Si está surgiendo otra, lo dirá la historia).
¿Qué es lo que cambió para que adquieran su importancia actual?
Fueron dos factores que nos revela la historia y el contexto actual.
BRICS es parte de un proceso que se vino operando por décadas, en especial en el sud este de Asia, caracterizado por ser el centro manufacturero del mundo, y también por ser el mayor manufacturero de acuerdos internacionales comerciales. Estos acuerdos son expresión de la creciente importancia económica y, por tanto, geopolítica de la región. Una expresión innegable de esta realidad es que los planes de Obama de conformar el TTP-TTIP, con lo que Estados Unidos habría capturado gran parte del PIB mundial marginando a la China, terminó cediendo ante el acuerdo comercial más grande del mundo, la Asociación Económica Regional Integral (RCEP), donde está la China pero no EEUU.
En este mar de acuerdos regionales, dos han cumplido un importante rol geopolítico en los últimos tiempos, son la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO en inglés) y la Unión Económica Euroasiática (EAEU en inglés). Ambos han sido importantes en generar el contexto en el que ahora BRICS puede navegar con cierta holgura y sus líderes hablar.
Aunque entre ambas existe una gran diferencia en la magnitud demográfica y económica, la EAEU, con Rusia, representa el mayor desafío militar que enfrenta EE. UU. desde la disolución de la URSS y el Pacto de Varsovia. Lo dijo el mismo secretario General de la OTAN; que “Rusia es cada día más poderosa” (https://youtu.be/5M7q3KVkFMo) y que la OTAN se quedó sin munición (1) (https://youtu.be/YQv1nyPeB_w):
“... la guerra en Ucrania está consumiendo una enorme cantidad de municiones (...) la tasa actual de consumo de municiones de Ucrania es muchas veces mayor que nuestra tasa actual de producción; (...) el tiempo de espera para municiones de gran calibre ha aumentado de 12 a 28 meses.”
En la SCO, la China es el mayor desafío económico e industrial y ambos, Rusia y China constituyen el mayor desafío diplomático que enfrenta Occidente, que se manifiesta en un realineamiento geopolítico que está dividiendo el mundo en dos.
Más datos en t.ly/iIBz(2) aunque el número de países que solicitan su ingreso a los BRICS ha sobrepasado cualquier previsión hecha en ese documento.
Notas:
(1) NATO chief delivers update on Ukraine war and spy balloons. Sky News
(2) https://www.cedib.org/wp-content/uploads/2023/02/BricsYLosCambiosEnElSistemaMonetario.pdf