"...el afán desarrollista hace uso arbitrario de simplismos y falacias pseudoecológicas, como que “tenemos que convencer a Bolivia de que el carbón vegetal no será dañino”" (Por Marco Octavio Ribera Arismendi*. Mayo 2014)
Entre
los años 2008 y 2010, se identificó al megaproyecto minero
siderúrgico del Mutún, como uno de los de mayor riesgo socio ambiental en el
país por la gran dimensión de las operaciones mineras y siderúrgicas y las mega-infraestructuras
viales asociadas. El año 2014, luego de las evaluaciones realizadas entre
2010-2013, se verificó el elevado riesgo socio ambiental del megaproyecto, precisamente
en uno de los temas más sensibles que fuera alertado, cual es el uso de carbón
vegetal para la siderurgia de reducción del hierro.
La
muy expectada nueva adjudicación a la transnacional JINDAL, eliminó el riesgo
del uso de carbón vegetal, planteando la alternativa en el proceso siderúrgico de
reducción directa del hierro (DRI) a partir del metano del gas natural, como
alternativa. Sin embargo, desde el año 2008, el gas, nunca fluyó a la zona de
explotación y transformación de hierro del Mutún y gran parte del conflicto
entre el Gobierno y la JINDAL fue por la falta de aprovisionamiento de gas y el
hecho de solo producir y exportar concentrados como materia bruta en forma de
mineral triturado. YPFB nunca dio atención a la necesidad de gas para el
proceso reductivo ni el funcionamiento de la planta, en las últimas etapas del
conflicto, ofertó 2,5 mmcd (millones metros cúbicos por día), de los 10 mmcd
que requería el proceso integral de transformación del hierro.
Recientemente el
nuevo presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), L.Alberto Padilla reveló que YPFB ofreció 2,5 mmcd,
pero esto recién se daría el 2016. con el objetivo de iniciar una “miniacería”
de laminados. El dilema del Mutún, muestra la real dimensión del extractivismo
en el que se mueve el país, enfatizando la exportación de materias primas y
postergando los procesos de industrialización.
A
fines del año 2011, a pocos meses de la salida definitiva de la JINDAL, la falta
de gas hacia el Mutún, abría nuevamente la opción del uso de carbón vegetal, poniendo
en riesgo a las ecoregiones de bosques secos del Chaco-Chiquitanía circundantes
al megaproyecto minero-siderúrgico, como potenciales proveedoras de maderas
duras, o para desbosques y albergar plantaciones de eucalipto y otras maderas
para elaborar carbón. Esto significa, retornar a la idea de la empresa
brasilera EBX. Como antecedente preocupante, desde antes del 2007, en esta región
funcionaban y funcionan predios con autorizaciones forestales y agrarias, así
como ilegales, que elaboran carbón, para su venta al Brasil. También existe una
importante extracción de maderas duras del Chaco (p.e. sectores Cabezas,
Gutierrez, Charagua) con destino al Brasil para elaboración de carbón en el
vecino país y su uso en las siderurgias de hierro como es el caso de Urucum
(Ribera, 2010).
Ya
el año 2012, se comentó desde la ESM la posibilidad de utilización de carbón
vegetal “con tecnología limpia y
programas de reforestación”, previéndose además que el carbón “se compraría o importaría del Brasil”
(La Razón, 30 octubre 2012). En este un punto álgido se argumentó el año 2010,
la paradoja de que al menos una parte del carbón que se comercializa en el
Brasil proviene de regiones del Chaco de Bolivia, con lo cual, estaríamos
comprando nuestro propio carbón.
Es en abril del
2014, que el ingeniero químico Saul J. Escalera, realiza en la Plataforma
Energética, una denuncia formal y con amplio fundamento técnico, sobre la
discrecionalidad con la que la ESM viene actuando respecto del problema del uso
del carbón vegetal. En dicho texto se menciona que el presidente de la ESM,
Luis Alberto Padilla, declaró a la revista Energy Press: “La ESM tiene previsto utilizar los hornos que dejó la empresa
brasilera EBX en la frontera con Brasil el año 2006”. Adquirir dichos
hornos es una prioridad y que su uso será diferente porque será controlado con
procedimientos que “no tengan impacto ambiental negativo” para la región.
Para esto la ESM ha comenzado “una agresiva campaña entre los comunarios de
las zonas colindantes con el Mutun para interesarles a producir carbón vegetal
para la planta”; asimismo ya se estarían “definiendo zonas de
reforestación y el tipo de tecnología a ser aplicado para producir carbón
vegetal” [Energy Press No. 683, Febrero 2014].
También se conoce
que el presidente de la ESM, reveló que se negocia con la EBX para adquirir los
hornos que permitan concretar la industrialización, argumentando que de lo
contrario significaría postergarla (El Deber, 27 abril 2014).
Escalera alerta
que no es difícil imaginar que la extensiva y masiva explotación de la madera
de árboles para producir carbón vegetal para la metalurgia del fierro aumentará
enormemente la tasa de deforestación en las zonas, produciendo un descalabro
forestal y desertizando estas zonas de alta fragilidad y con la presencia de al
menos cuatro importantes áreas protegidas y un sitio RAMSAR, algo que desde el
LIDEMA se viene recalcando desde el año 2008. Escalera adiciona un dato
importante sobre una nuevo avance tecnológico en el uso del gas, dado por el Ing.
Lucio Alejo – investigador de la UMSS en Cochabamba – quien ha desarrollado un
novedoso proceso para producir “gas de agua” utilizando un reactor de lecho
fijo a T=380ºC y una presión de 1,0 atmósfera con catalizador de niquel. Con
este proceso, se ha logrado producir hierro esponja de buena calidad en base al
mineral de del yacimiento de Changolla en Cochabamba.
Algo
que llama profundamente la atención es que dicha opción del uso del carbón
vegetal, totalmente anti-ecológica y fuertemente atentatoria en contra de la
Madre Tierra, fue un argumento importante para que el año 2006, el Gobierno
anulára la licitación que se había adjudicado la empresa brasilera EBX, la cual
había instalado grandes hornos en la zona aledaña a Puerto Suárez.
Es
muy penosa la inconsistencia del Gobierno y las empresas estatales en el manejo
de temas estratégicos tan delicados como es el caso del Mutún. El nuevo
Presidente del ESM, utiliza una suerte de chantaje emocional, al argumentar que
si no se utiliza el carbón vegetal y los hornos de la EBX, estamos condenados a
la no industrialización y seguir produciendo y exportando materia prima a bajo
precio, sin considerar ni remotamente la alternativa del gas natural.
Nuevamente se desestima el principio precautorio y el afán desarrollista hace
uso arbitrario de simplismos y falacias pseudo-ecológicas, como que “tenemos que convencer a Bolivia de que el carbón
vegetal no será dañino”. Este tipo de actitudes, tendrá
mucha incumbencia en el descalabro
ambiental de una de las regiones de mayor relevancia ecológica del país, y esto
debería tener responsabilidad histórica.
El
Gobierno debería seguir analizando la posibilidad del uso de gas natural para
la industrialización del hierro, incluso sacrificando algunos volúmenes que por
ahora acapara la exportación al Brasil y la Argentina y no permitir que la ESM
asuma actitudes en extremo temerarias y nada responsables. Eso sería una clara señal en la
protección efectiva de la Madre Tierra.
* Biólogo y ecologista de LIDEMA