Pablo Villegas N., 2008-01-17
El 9 de julio del 2007 fue emitida en Brasil la licencia
previa para la construcción de dos de las represas del río Madera. A pesar de
que el proyecto data de los años 70, el hecho fue una sorpresa en Bolivia y la
reacción de entidades de Estado boliviano se convirtió en objeto de sorna de la
prensa brasileña que citaba expresiones atribuidas a funcionarios de la
cancillería como estas: “¿IBAMA? Hidroeléctricas del río Madera? Recién nos
estamos enterando”[1].
La aprobación de la licencia previa significaba que la representación
de los intereses nacionales sobre el Madera había fracasado. Pero ¿cuál era la
política del gobierno? No se sabía, pues el gobierno había venido manejando la
toma de decisiones sobre el asunto como un secreto de estado, lo cual, visto
con buena fe, podía habernos llevado a pensar que esta vez sí el país tenía una
estrategia. Pero ante el fracaso, un documento enviado por el gobierno al
canciller brasilero protestaba porque éste no había cumplido con su compromiso
de informar permanentemente a Bolivia respecto a los estudios sobre las
hidroelécticas, y en especial respecto a la cuestión del medio ambiente, de la
fauna y de la flora, la salud y todo impacto que pudiera ser producido por las
represas.[2] Esto quería decir:
a) Que todo lo que el gobierno tenía por estrategia era que
el canciller brasilero le mantuviera informado; y por tanto,
b) Que la estrategia boliviana era totalmente subordinada al
Brasil; y
c) Que Bolivia no tenía un objetivo claro: ¿frenar la
construcción de las represas?; ¿llegar a un acuerdo para mitigar los impactos?,
¿participar del negocio?
Desde el comienzo de sus acciones diplomáticas el gobierno
demostró su indefinición sobre las represas. En la primera carta al canciller
del Brasil decía: “Siempre entendimos en Bolivia que el proyecto Madera –
Madeira forma parte de la integración física estratégica entre Bolivia y
Brasil, razón por la cual propongo a Vuestra Excelencia … articular dicho
Proyecto con obras conjuntas que beneficien, por igual, a nuestros países.”[3]
No había una sola palabra de oposición a las represas, pero
podía decirse que este era solamente un primer paso. Sin embargo, más tarde, al
conocerse la emisión de las licencias, el canciller boliviano manifestó que las
represas podrían generar una serie de impactos negativos y se esforzó
notablemente en aclarar que lo decía utilizando el condicional (podría,
provocaría)[4] porque los estudios solo se habían hecho en el Brasil. En
consecuencia, con esta actitud “neutral”, el canciller faltó a su deber de
aplicar el principio de precaución, según el cual, ante un peligro de daño
grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá
utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas para impedir la
degradación del medio ambiente”[5]. Esto, hablando del medio ambiente, pero
siendo que el peligro grave amenazaba los intereses del país, hablar en
condicional fue un error muy serio.
Decir que no se podían prever las consecuencias para Bolivia
porque los estudios sólo se habían hecho en Brasil era haber leído solo la tapa
del EIA, pues este dice claramente (entre otras cosas) que las consecuencias
para la pesca afectarán a toda la cuenca del Amazonas porque la ictiofauna del
Madera y su ciclo reproductivo dependen de su dinámica migratoria a lo largo
del río, y ésta será interferida por las represas.
Finalmente, la posición del gobierno se definió a través del
canciller en sus declaraciones ante el Senado donde dijo: “… no nos estamos
oponiendo, …Solo Manifestamos que hay riesgos, impactos no solo en Brasil, sino
también en Bolivia y Perú”.[6] Y además de no oponerse se mostró muy
comprensivo con el Brasil: “Conocemos la creciente necesidad de energía en
Brasil. Eso obliga a proyectos urgentes”[7] También dijo que el gobierno
consideraba posible equilibrar políticas ecológicas y el uso de grandes
recursos hídricos[8]. Esta posición favorecía a Lula que había echado de sus
puestos a los responsables del IBAMA, quienes preocupados por los impactos de
las represas, entre otros, sobre Bolivia, habían exigido nuevos estudios de
impacto. Esto es que no veían el “equilibrio” del que hablaba el canciller,
cuya posición lamentablemente era coherente con otras medidas adoptadas por el
gobierno como el DS 29191 del 14-07-07 resucitando el disparatado proyecto del
Bala.
Parte de las acciones de Bolivia fueron las visitas de
comisiones de funcionarios bolivianos al Brasil, representando los intereses
nacionales. Pero uno de los problemas con estas misiones fue que varios de sus
integrantes estaban abiertamente a favor de las represas, como el ex ministro
de Obras Públicas Jerjes Mercado que llamaba a las represas “la oportunidad del
milenio”. Esto alcanzó niveles escandalosos (en realidad no, pero en cualquier
otro país lo habría hecho) cuando “en febrero de 2007, un equipo liderizado por
el ex viceministro de Electricidad Hugo Villarroel viajó a Río de Janeiro con
la misión de preparar la Cumbre presidencial Lula-Morales, pero para la visita
presidencial prepararon un convenio de financiamiento para la tercera represa
binacional que el presidente Evo Morales se negó a firmar. [9] “A partir de
entonces, el Gobierno no envío nada oficial a Brasil, la noticia de que se
aprobaban las represas era persistente, pero los asesores de la Cancillería,
junto con el Ministro de Obras Públicas se encargaron de impedir que el tema
sea tratado oficialmente en gabinete”…[10]
Estas misiones no estaban a la altura de una representación
de Estado. Su orientación se bamboleaba entre no oponerse a las represas y ser
muy comprensivo de las necesidades del Brasil y por otra estar abiertamente a
favor, incluso actuar como un infiltrado y tratar de engatusar al presidente.
La posición de Bolivia no cambió pese a las licencias. La
carta de la cancillería enviada el 08-08-07 al canciller brasileño, después de
otra reunión binacional en la que no se pudo llegar a un acuerdo con Brasil,
decía: “…nuevamente te solicito considerar la necesidad de realizar un estudio
conjunto integral de toda la cuenca, además de expresar nuestro interés para
que el proceso de licitación en curso tome en cuenta los potenciales impactos
que puedan darse en Bolivia.” O sea, nuestros representantes no se oponían a la
licitación, solo pedían tener cuidado con los impactos en Bolivia.
El parlamento decidió sacudirse las pulgas ante la
aprobación de la licencia. La Cámara Alta convocó al canciller Choquehuanca a
explicar su “excesivo retraso y negligencia ante el Gobierno del Brasil” cuando
ya hacía un año y medio que este había anunciado su decisión de construir las
represas.[11] Luego, la Cámara de Diputados hizo el mismo anuncio.
Naturalmente, hubiera sido bueno saber qué hizo el parlamento que no fiscalizó
a la Cancillería durante ese año y medio de negligencia.
Otra idea interesante del Parlamento y que muestra lo
arraigada que está nuestra tradicional diplomacia agachada, fue invitar al
embajador del Brasil a informar sobre las represas, como si no hubiera en
Bolivia personas e instituciones que se habían ocupado del asunto desde el
punto de vista de los intereses nacionales. A esto siguieron algunas
baladronadas como el anuncio de llevar el caso ante la OTCA; llevar el caso
ante la Liga Parlamentaria Boliviano-Brasileña donde resulta que su presidente
era nada menos que un senador boliviano. (Era que se acuerden un año y medio
antes, ¿no ve?)
Y así, recién el 24 de octubre del 2007, la Cámara de
Diputados aprobó por unanimidad una minuta exigiendo al Ejecutivo: “…evitar por
todos los medios la licitación brasileña que se pretende llevar el 30 de
octubre.”[12]. Por fin se había decidido dejar de gambetear entre a) no a las
represas, b) si pero con mitigación, y, c) participación en el negocio. El
problema es que la decisión correcta salió a luz solo días antes de la
licitación; muy tarde para recurrir a “todos los medios”.
En realidad la licitación se había postergado hasta el 10 de
diciembre, pero el que la minuta mantuviera la fecha del 30 de octubre
demuestra que los parlamentarios no lo sabían. De esta manera, íbamos llegando
a los 2 años de negligencia.
Volviendo al gobierno, el producto mas sobresaliente de las
misiones al Brasil fue un cuestionario enviado al gobierno de este país a
principios de agosto, cuyo objetivo aparente era demostrar que el Brasil no
tenía las bases científicas para negar el impacto de las represas en Bolivia.
Hecho esto, el gobierno consecuente con su estrategia subordinada se puso a
esperar la respuesta por escrito. Mientras esperaba, el Brasil continuaba
tirando pa’ lante. La primera represa se licitó el 10 de diciembre y las
respuestas las enviaron a Bolivia días antes. Ganó la licitación el consorcio
Furnas-Odebrecht, donde el 2do accionario es Banif-Santander que también opera
en Bolivia, igual que la Odebrecht y la célebre Andrade Gutiérrez, también
parte del consorcio.
Juzgando a partir de los resultados de nuestra política
exterior sobre el Madera, podemos decir que la insistencia del gobierno al
Brasil para hacer los estudios conjuntamente, en los hechos sirvió para no
hacer nada y dejar que el Brasil continúe con su marcha hacia el oeste.
Por otra parte, ante la cuestión de las represas se ha
venido desarrollando un movimiento social en el norte del país. A partir de
este movimiento se ha dado la unidad de brasileros, bolivianos y peruanos
contra las represas a través del Comité de Defensa de la Cuenca del Madera. Con
el tiempo, el repudio al proyecto del Madera se ha ido extendiendo en el país
porque el problema es de todos los bolivianos. Este movimiento ha venido
planteando el problema de las represas no sólo por sus consecuencias medioambientales
y sociales, como pretende la prensa dominante, sino también por el peligro para
la soberanía nacional. ¿Cuál ha sido la actitud del gobierno ante este
movimiento? Su actitud ha sido neutral (“…no nos estamos oponiendo”, “Conocemos
la creciente necesidad de energía en Brasil. Eso obliga a proyectos urgentes”),
y obviamente, decir que un gobierno es neutral entre su pueblo y los
extranjeros no es un halago.
Las represas del Madera siempre han tenido un profundo
sentido geopolítico para el Brasil. Carlos Lessa, ex-presidente del BNDES
declaró: “…ese proyecto era de la cartera de nuestros proyectos, el que más
tenía el sentido de conquista del oeste”. Y a diferencia de Bolivia, este carácter
geopolítico ha sido ampliamente comentado por analistas de diferentes líneas y
países.
El avance del Brasil hacia el oeste se compone, aparte del
CRM, de la transoceánica, el Corredor Norte y el eje Perú-Brasil-Bolivia. Estos
son parte de la IIRSA, un organismo que fue duramente cuestionado por los
representantes populares de los países latinoamericanos en la cumbre paralela
de Cochabamba el 2006. La IIRSA es en lo básico el proyecto de una red de
caminos que conecta principalmente al Brasil con las fuentes de materias primas
del continente y de ahí con las vías de exportación, hasta el océano pacífico,
a ser aprovechada por las transnacionales más grandes que operan en el
continente, respaldadas por una legislación sobrepuesta a las soberanías
nacionales. Nuestro compromiso con la IIRSA es una herencia de Goni para que
Bolivia, según sus propias palabras, dejara de ser un país y se convirtiera en
una región de contactos. Pero, pese a la fuga de Goni, la ejecución del
proyecto ha continuado como si no hubiera pasado nada.
Entre los acuerdos que el gobierno ha firmado el 18 de
diciembre pasado con Brasil y Chile está la transoceánica que beneficiará a
estos dos países reduciendo a tres días la duración del transporte de productos
entre Brasil y el Pacífico que ahora es de de 40. ¿Cómo beneficiará a Bolivia?
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) Gary
Rodríguez dijo al respecto que "Bolivia dejará de ser una tranca y pasará
a ser un articulador de carga, tomando en cuenta el incremento que habrá en la
carga que transporta Brasil.” Y dado este incremento, comentó: “…el país puede
prestar servicios adicionales de almacenaje, servicios de logística de
transporte, prestación de servicios en gastronomía, turismo y otros.[13]” O
sea, los bolivianos podremos parchar llantas, vender refresquitos de
moqochinchi, tamarindo y prestar otros “servicios adicionales”. Mientras los
recursos del país se van a los corredores de exportación de los países vecinos,
los productores nacionales de las áreas rurales, los de las cooperativas
mineras, los comerciantes de las ferias, los de las ciudades intermedias, etc…
seguirán bregando en el barro.
Tanto el proyecto del Madera como el Corredor Norte y la
transoceánica apuntan hacia el Pacífico, pero principalmente a los puertos de
Chile. Y Chile por su parte, apunta hacia los mercados del Brasil, pasando por
la “tranca” (Bolivia), lo cual sabemos desde la Guerra del Chaco. Esto quiere
decir que se dará una mayor conjunción de los intereses de Brasil con los
chilenos sobre los puertos, la cuestión de energía y el libre tránsito por
Bolivia y con ello se fortalecerá la situación geopolítica de Chile. ¿Cómo
fortalecerá esto la demanda de Bolivia de una salida al mar?. No lo hará de
ninguna manera, como no lo iba a hacer la exportación de gas por Chile en 2003.
Actualmente tiene lugar un replanteo geopolítico en el
continente, con Brasil como uno de los principales protagonistas, y el proyecto
del Madera como pieza clave de su geopolítica. Además, el peligro para Bolivia
no son sólo las políticas de gobiernos vecinos, sino también las políticas extraoficiales
de las oligarquías de estos países. Ya hemos visto ondear la bandera brasilera
en Puerto Suarez por el problema de la EBX, una empresa brasilera. También se
ha visto ondear la bandera chilena en Santa Cruz y en la frontera con Perú, la
peruana. El objetivo detrás de estas banderas ha sido menoscabar la soberanía
nacional sobre el territorio y sus recursos. A pesar de todo, se continúa
aplicando la tradicional diplomacia agachada que ya nos ha costado más de la
mitad del territorio.
Notas
[1] Licença
para usinas no rio Madeira pega Bolívia de surpresa 12/7/2007 Marcia Carmo De
Buenos Aires 7/24/2007
[2] Mauro Nazif critica intervenção Boliviana sobre construção das Usinas do Madeira 17/7/2007 Da Assessoria.
[3] República de Bolivia. Ministerio de Relaciones y Cultos. Clasificación:URGENTE VREC/DGLF/UMA/213/2006. La Paz, 07 de noviembre de 2006
[4] 12/7/2007 BBC Brasil. Marcia Carmo
[5] Principio 15 de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
[6] Bolívia quer integração para usinas no Madeira, diz chanceler FATOR BRASIL (reUTER)
[7] FATOR BRASIL (reUTER), op. Cit.
[8] FATOR BRASIL (reUTER), op. Cit.
[9] Represas: temen inundaciones y predicen dura y larga pelea Por: María Julia Osorio M. Entrevista a Patricia Molina. LOS TIEMPOS 220707
[10] LOS TIEMPOS 220707. Op cit.
[11] Choquehuanca será llamado al Senado LA RAZON, 17/7/2007
[12] ABI, La Paz, 25 oct.
[13] Corredor bioceánico bajará costos de las exportaciones. 18 de Diciembre de 2007. ABI
[2] Mauro Nazif critica intervenção Boliviana sobre construção das Usinas do Madeira 17/7/2007 Da Assessoria.
[3] República de Bolivia. Ministerio de Relaciones y Cultos. Clasificación:URGENTE VREC/DGLF/UMA/213/2006. La Paz, 07 de noviembre de 2006
[4] 12/7/2007 BBC Brasil. Marcia Carmo
[5] Principio 15 de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
[6] Bolívia quer integração para usinas no Madeira, diz chanceler FATOR BRASIL (reUTER)
[7] FATOR BRASIL (reUTER), op. Cit.
[8] FATOR BRASIL (reUTER), op. Cit.
[9] Represas: temen inundaciones y predicen dura y larga pelea Por: María Julia Osorio M. Entrevista a Patricia Molina. LOS TIEMPOS 220707
[10] LOS TIEMPOS 220707. Op cit.
[11] Choquehuanca será llamado al Senado LA RAZON, 17/7/2007
[12] ABI, La Paz, 25 oct.
[13] Corredor bioceánico bajará costos de las exportaciones. 18 de Diciembre de 2007. ABI
(PUBLICADO EN BOLPRESS Y OTROS SITIOS)