Cuando la economía
es un fracaso, la población paga, y a eso le llama el gobierno “demanda
interna”, que no es otra cosa que el pago de impuestos por la población para sostener un Estado que garantiza la continuación del extractivismo.
Pablo Villegas N. Investigador del CEDIB (23-7-15)
La caída de los precios de las materias primas y de las
exportaciones no tiene importancia para el gobierno ya que, para éste, la
economía nacional atraviesa un buen momento porque “las exportaciones no
dinamizan la economía nacional, sino el mercado interno”. Prueba de esto según
el gobierno son los datos del incremento de la demanda de cemento, facturación
de los restaurantes, y el comportamiento del impuesto al valor agregado (IVA)”,[1] para nosotros, tres indicadores propios
de una mentalidad feudal. Pero veamos a continuación cual es la realidad.
Las exportaciones de minerales, gas y soya cayeron en más del 50%
El tercer trimestre del pasado año presentó un incremento en
el valor de la exportación de minerales. Sin embargo, desde entonces hasta la
fecha se ha producido una caída alarmante que prácticamente han retornado al nivel
que tenían antes de la crisis del 2008.
La caída de los precios internacionales revela una
característica muy importante de la minería boliviana. Veamos el caso de dos
minerales que gozaron de los mejores precios y los más estables, el zinc y el
plomo y finalmente del estaño.
La producción de zinc se estancó a partir del 3er trimestre
del 2008 (239.611.231 kg) sin grandes variaciones hasta que recién sobrepasó
ese nivel a finales del 2014 (276.544.931 kg). Esto quiere decir que no se
aprovechó debidamente los altos precios en especial del 2008 y 2011, pero ahora
que todavía hay relativamente buenos precios su producción ha caído a los
niveles del 2007 (160.934.338 kg).
El plomo llegó a un pico el 3er trimestre del 2008 (47.636.227
kg), cuando la época de precios altos de los dos años anteriores ya había
pasado; alcanzó otro pico el 3er trimestre 2011 (51.062.209kg), otra vez
después de perderse el pico de precios de abril y julio de ese año, y a partir
de entonces ha descendido a pesar de que los precios se mantuvieron muy
estables. El presente año los precios ya están en caída.
La producción de estaño alcanzó su pico máximo el 4º
trimestre del 2007 (7.903.182 kg), a medio camino de una gran elevación de
precios, pero cuando esta llegó a su tope la producción ya había caído, y desde
el 3er trimestre del 2008 ha venido bajando sin poder reaccionar ante los
precios del 2011 que fueron aún más altos que los del 2008. Su producción
actual (3.016.295 kg) volvió al nivel del 1er trimestre del 2007 (3.056.305 kg).
La caída es tan seria que aunque el mentado horno ausmelt entrara en
funcionamiento hoy, no tendría ni de lejos el mineral necesario para operar
económicamente, lo cual es una tragedia.
Estos casos nos muestran que la minería boliviana además de
caracterizarse por estar basada en la exportación de concentrados, no tiene la
capacidad de reaccionar a tiempo cuando se presentan los precios altos
aumentando su producción.
En cuanto a las otras materias primas de exportación, desde
el 2º trimestre del 2014, el gas ha sufrido una caída del 58,7% y la soya del
57% volviendo a niveles de hace 5 a 8 años, lo cual significa que hemos
terminado bruscamente la época de bonanza económica.
Las importaciones para actividades industriales cayeron en 50%
Ya que Bolivia es un país desindustrializado y dependiente
en un 95% de la exportación de productos primarios las importaciones revelan la
vitalidad de las actividades económicas y la economía en general. Desde este
punto de vista las importaciones de materias primas y productos intermedios
cayeron en 47% respecto al 4º trimestre del 2014 (por ejemplo las importación
de productos para la minería cayeron en 53%) y las de bienes de capital en un 57%,
cifras que muestran un retorno a los niveles del estancamiento del periodo
2005-2010.
La importación para el consumo cayó en 48%
Ahora volviendo a lo que expusimos al iniciar este artículo,
veamos la curva de importación de bienes de consumo. Lo que ésta nos muestra es
un sorprendente parecido con la curva de precios de las materias primas por una
parte y de las exportaciones por otra, es decir; el estancamiento entre el 2000
y el 2006, el pico del 2008, la crisis que le siguió, el pico del 2011 con la
bonanza consiguiente para terminar con una caída abismal del 48% a partir del
4º trimestre del 2014.
Esto no es una
simple coincidencia porque se refleja en la recaudación de impuestos, como
puede verse especialmente en el estancamiento experimentado entre los años 2008
al 2010 (círculo rojo), lo que muestra el impacto de la crisis del 2008 y la dependencia
de la economía nacional de las exportaciones., incluyendo el consumo interno
“dinamizador de la economía nacional”.
Esto hace temer que
la caída que estamos presenciando en el sector externo otra vez influirá en la
recaudación de impuestos internos, lo cual nos recuerda la desesperación del
gobierno por incrementar la cantidad de gente que paga impuestos, llegando al
extremo de pretender castigar con 4 años de cárcel al que no lo haga.[2]
Pero hay algo
cierto en lo que sostiene el gobierno al iniciar este artículo y lo expresó con
más precisión el viceministro de presupuesto, cuando declaró que “El Tesoro
General del Estado vive actualmente de la recaudación de los impuestos
internos”, que el 25 por ciento del total de ingreso del Estado proviene del
Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y que “El restante 75 por ciento
sostiene al país.”[3]
Bien pues, para el año 2014, según sistematización hecha por
Jubileo del total de impuestos y regalías que se recaudan en el país[4], la renta por IDH y regalías solamente
equivale al 29% del total. El restante 71% son los impuestos nacionales. Estos
impuestos son en gran parte indirectos, es decir que los paga la población
muchas veces sin saberlo como es el caso del impuesto especial a los
hidrocarburos y derivados, pero el caso más ilustrativo de este tipo de
impuestos es el IVA porque está primero, con un 26% frente al IDH que es solo el 17,5%.
Esto quiere decir que quien paga por los gastos innecesarios
como los tinglados, coliseos, estadiums, etc., y por los gastos mal hechos como
el horno de Karachipampa, la fundición de Telamayu y el horno ausmelt de Vinto,
es principalmente la gente común, con su bolsillo, y que el IDH y las regalías
responden solo por una pequeña parte.
Este sistema de impuestos pone a Bolivia en los primeros
lugares de Latinoamérica por su carácter retrógrada. Según vemos en base a datos
de la CEPAL (2013), Bolivia tiene el vicecampeonato después de Paraguay con más
del 60% de impuestos indirectos en relación al total recaudado.
Fuente: En base a cepalstat
Lo que nos
muestran estos datos es que son justamente los países más pobres del continente
los que están en primer lugar. Esto quiere decir que cuando la economía
es un fracaso, la población paga, y a eso le llama el gobierno “demanda
interna”.
Esto muestra también que el gran cambio que se ha dado en la
economía nacional es que hemos pasado de un sistema en que vivíamos de las
materias primas a otro en que tenemos que sostener la economía con nuestros
impuestos para que continúe el saqueo de nuestros recursos naturales
beneficiando a unos cuantos que nos quieren hacer creer que son ellos los que
sostienen el país.
[1] 29 de Mayo de 2015 Mejoran precios del estaño y
zinc EL DIARIO Decaen cotizaciones del
oro y plata
[2]
http://www.cambio.bo/?q=plantean-4-años-de-cárcel-por-evasión-fiscal
[3] “Colchón” de $us 30.000 millones protege al país
contra la crisis Jaime Durán, Viceministro de Presupuesto, 24/06/2013, Página
Siete
[4] Análisis
del Presupuesto General del Estado 2014. Fundación Jubileo