SOBRE “LA GUERRA FALSA” DE MICHAEL LEVINE Y LAURA KAVANAU-LEVINE

Las verdaderas razones se revelan por sus consecuencias

Pablo Villegas N. 25/8/2022 

¿“Alguien pedirá disculpas a Gary Webb?”, es el título de un artículo escrito por el autor de este libro Michael Levine el 7-22-98.  En caso de que no lo sepas, dice, él era el periodista que en su investigación “Alianza Oscura” vinculó la guerrilla de los Contras sostenida por la CÍA a la venta de cocaína y armas a una banda callejera de California…”

Webb fue literalmente destruido por los medios de comunicación, incluso por el que publicaba sus artículos. Nunca más pudo trabajar como periodista y terminó quitándose la vida. ¿Y adivina qué? dice Levine, la CIA finalmente admitió, “...nada menos que en el New York Times, que ellos ‘trabajaron con’ los contras de nicaragua sabiendo que estaban envueltos con el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. Una acción conocida por los expertos calificados del tribunal de los Estados Unidos y los agentes federales como conspiración para la importación y distribución de cocaína” un delito federal punible hasta con cadena de por vida.(1)

Su nombre entró a la larga lista de denunciantes “Whistleblowers”, donde figuran varios periodistas, uno de ellos Julián Assange, cuya vida también ha sido destruida, y otros que “desde adentro” filtraron información. La lista es muy larga, pero entre los más conocidos están Edward Snowden, Chelsea Manning, Daniel Ellsberg. Sus denuncias abarcaron varios temas como los “Pentagon Papers” que revelaron las falacias de EE. UU., para justificar su intervención contra Vietnam y que en el fondo era contra la China; las mentiras destinadas a justificar las guerras contra Irak y Afganistán, los crímenes de guerra cometidos en esos países como las torturas en la cárcel de Abu Ghrai, y la guerra contra las drogas. Para los que creen que en ese país no hay presos políticos varios de los denunciantes recibieron largas penas y otros tuvieron que huir al exilio. A esta lista pertenece Michael Levine, y su lema “Mi seguro de vida consiste en denunciar” es por demás elocuente de los riesgos que corren los disidentes.

Un documento de la CIA desclasificado el 2014 etiqueta como historias “conspiracionistas”(2) a investigaciones como las de Webb. Sin embargo, con los años se fueron sumando numerosos estudios que demostraban el vínculo entre la inteligencia de EE.UU., y el narcotráfico, mucho más allá de sólo la cocaína.(3) Como sabemos, esta historia comienza con la guerra del opio contra China, pero los mayores aportes van desde el nacimiento mismo de los organismos de inteligencia de EE.UU., y la CIA, en los años 40 del siglo pasado, desarrollándose literalmente en alianza con mafiosos italianos, franceses, traficantes de drogas, entre los que se destacó Salvatore C. Lucania, conocido como "Lucky" Luciano, que había desarrollado el negocio de la heroína en EE.UU., ligado a la explotación de prostitutas adictas. Condenado a una pena de 30 a 50 años en la cárcel, fue liberado en 1946 y deportado gracias a sus servicios prestados a la inteligencia desde la cárcel y estableció una de las redes “...más notables en la historia del tráfico. Durante más de una década trasladó la base de morfina del Medio Oriente a Europa, la transformó en heroína y luego la exportó en cantidades sustanciales a los Estados Unidos, todo sin sufrir un arresto o sobresalto importante.” Esto incrementó “...el número de adictos de un estimado de 20,000 al final de la guerra a 60,000 en 1952 y a 150,000 en 1965.” Esta gigantesca red llegó a convertir a Cuba en un punto de distribución de heroína y de prostitución.(4)

Después de la 2da Guerra la inteligencia estadounidense procedió al reclutamiento de nazis, de criminales de guerra, en general de ampones y como dice Nick Biddle “a medida que crece nuestro conocimiento de la Guerra Fría, la lista de traficantes que sirvieron a la CIA se alarga para incluir sindicatos sicilianos; los chinos nacionalistas eran habituales; los generales laosianos, señores de la guerra afganos, coroneles y generales panameños en servicio, contrabandistas y contras nicaragüenses. Estas alianzas pueden representar solo una fracción de las operaciones de la CIA, pero tuvieron un impacto significativo en el tráfico de narcóticos, ... cuya cooperación con la CIA se produjo a cambio de la colaboración y la producción, el transporte y la distribución de narcóticos.”(5)

¿Cuál es la diferencia entre la CIA y la DEA? En palabras de Levine, la DEA combate al narcotráfico y la CIA hace inteligencia,  y “... por ello puede justificar cualquier cosa, derrocar gobiernos, matar, sobornar o traficar con droga”. Pero arriba en la elite, los “ternos” de la DEA no se distinguen de la CIA, dice.

Con este trasfondo puede comprenderse por qué la DEA o los EE. UU., nunca terminaron con el narcotráfico. En Afganistán los registros de UNODOC (6) muestran una baja radical en los cultivos de amapola de 82.000 el año 2000 a 8.000 has el 2001, que es el corto periodo en que los talibanes tomaron el gobierno, después continuó un astronómico ascenso cuando fueron desplazados. Por otra parte, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, integrada por los expresidentes Fernando Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia) concluyeron en su informe del 2009 “Drogas y Democracia” que la guerra era un completo fracaso en la región.

La falta de resultados dice Levine, es que la guerra contra las drogas, igual que la guerra contra el crimen y la guerra contra el terrorismo es impulsada por razones distintas a los objetivos declarados, esas razones se revelan por sus consecuencias. Es una buena lección de geopolítica.

Según el Subcomité del Senado de EE. UU., encargado de investigar la relación entre la política exterior, las drogas y el cumplimiento de la ley en relación con el tráfico de drogas desde el caribe, Centroamérica y Sudamérica a los EE. UU., “... los Estados Unidos han permitido con demasiada frecuencia en el pasado que otros objetivos de política exterior interfieran con la guerra contra las drogas.”

Veremos cual es significado de esta “interferencia”. Tomemos por ejemplo el siguiente párrafo del caso Irán-Contras; North, el principal implicado del caso había escrito en su diario el 9 de julio de 1984:

"RDEA, Miami. El piloto fue, habló con [Federico] Vaughn, quería aviones para ir a Bolivia a recoger pasta, quiero aviones para recoger 1500 kilos".

Aunque “recoger 1500 kilos de Bolivia” es muy revelador, lo que nos interesa aquí es que esa frase es parte de lo poco que North y la Casa Blanca no borraron de sus diarios,(7) a los que tuvo acceso el Subcomité. North había tenido la posibilidad de retirar sus diarios antes de que fueran decomisados para borrar lo inconveniente y lo mismo había hecho la Casa Blanca.

El Subcomité sostuvo que así era “...difícil evaluar a partir de los materiales no clasificados de los Cuadernos el alcance total en que estos se relacionan con el terrorismo o el tráfico de narcóticos” y reclamó a la Casa Blanca por las altas clasificaciones dadas a los cuadernos de North. La respuesta fue que los Cuadernos eran propiedad del gobierno federal y estaban sujetos a clasificación en los niveles más altos. Kerry, el presidente del Subcomité, objetó que si era así no se debería permitir que estén en posesión de North que ya no tenía las atribuciones para acceder a ellos. La Casa Blanca lo admitió, pero no hizo nada al respecto.

Esto nos lleva a la relación entre la justicia y la inteligencia: “La comunidad de la inteligencia está legítimamente preocupada de que la información que proporciona a los organismos encargados de hacer cumplir la ley, en particular las fuentes y los métodos, pueda eventualmente divulgarse en procedimientos judiciales.” dice una de las conclusiones del Subcomité, lo que quiere decir que la inteligencia decide lo que es la justicia. Por lo demás en cuanto a la “interferencia” en objetivos antinarcóticos, el Subcomité considera que los numerosos casos donde esto ha ocurrido es porque los organismos de estado fueron una especie de víctimas de las artimañas de los narcos o de sus propios errores.

Los siguientes dos casos muestran que esta interferencia no es por ingenuidad. Uno es el caso de México y la NAFTA. Levin operaba como agente encubierto investigando a “La Corporación”; su gente, dice Levine, me estaba diciendo que el presidente entrante Salinas estaba bien envuelto en el narco. Y así resultó ser y consta en videos. Pero Salinas ”... estaba diciendo a nuestros políticos que iba a apoyar NAFTA.(8) Para ellos esto valía más que el combate al narco. Así que “Una vez descubrimos que ... el Fiscal general Edwin Meese telefoneó al Fiscal general de México para advertirle!” sobre la operación encubierta de la DEA.(9)

El otro caso es el “golpe de la cocaína en Bolivia”, como se titula uno de los capítulos del presente libro. Levine como agente encubierto, había logrado hacer caer el envío más grande de la historia de EE. UU. hasta entonces, que constaba de media tonelada de cocaína enviada por Roberto Suárez. En la operación cayeron sus representantes Roberto Gazer y Alfredo Cutuchi Gutiérrez, pero el fiscal de florida Pat Sullivan soltó al primero en el acto y sin cargos, dice Levine (10) que, posteriormente se enteró en Argentina que los Gazer trabajaban para la CIA y que Argentina y EE. UU. estaban armando el golpe de García Mesa y Arce Gómez aliados con grandes narcotraficantes bolivianos. La DEA, continúa Levin, no reprimió a la narco-dictadura de Luis García Mesa y Luis Arce Gómez mientras estos estaban matando comunistas. Atraparon a Arce Gómez cuando ya había perdido su poder,  para aparentar que habían combatido al narco. A partir de aquí salimos del espacio abarcado por nuestro autor.

Después de García Mesa vino otra tragedia. El 5 de septiembre de 1986, se tuvo la noticia de que 3 miembros de una misión científica (Noel Kempff botanista, Juan Cochamanidis piloto y Frank Parada, guía) habían sido asesinados por narcotraficantes al aterrizar en una pista que resultó ser Huanchaca, la fábrica de cocaína más grande descubierta hasta entonces. Sus cuerpos yacían allí pese al clamor generalizado de que se interviniera inmediatamente; pero pasaron dos días, hasta que recién el 7, el ministro del interior Barthelemy anunció que las fuerzas conjuntas de Bolivia y EE. UU., intervendrían y que no se lo había hecho antes debido a que los helicópteros de EE. UU., no tenían la autonomía de vuelo necesaria para ir de San Matías a Huanchaca. O sea que estaban peor equipados que el equipo de Kempff.

En ese momento estaba presente en Bolivia una misión militar que había llegado con “seis helicópteros y tres aviones de transporte” con el fin de dar apoyo logístico a la policía boliviana en su lucha contra los narcos, según el canciller de entonces.(11) ¿Qué objetivos de política exterior “interfirieron” en la misión que los trajo? Perdimos la oportunidad de preguntarles. ¿Por qué?

La situación llevó a que en el parlamento se discutiera la propuesta de que una comisión de la cámara baja a cargo del caso se convirtiera en cabeza de sector, es decir que asumiera el ministerio del interior, lo cual se justificaba porque que existían suficientes indicios de negligencia en la actuación del ministro correspondiente, que debía ser investigado y, claro también sería investigada la DEA. Esta propuesta perdió en la votación por dos votos que provenían nada menos que de la izquierda.

El presidente de la comisión era Edmundo Salazar Terceros, parlamentario del Partido Comunista Marxista Leninista (PC ML) parte del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI). El día 10 de noviembre, sus investigaciones fueron detenidas a tiros. Según el primer secretario de su partido, el senador Oscar Zamora, la cacería de Zalazar se inició el 9 de noviembre ya en La Paz por 3 personas y no era solo a Salazar sino a la gente del FRI; “en esto está metido el ministro del interior Barthelemí quien no ha tenido la capacidad de advertir todas las amenazas que pesaban sobre los parlamentarios. Los perseguidos son los militantes del FRI pero no existe un solo culpable de los hechos” dijo, agregando que “Lo de Huanchaca y el asesinato de Salazar tenían “la mano encubridora del gobierno expresada en el ministro del interior y por lo tanto exigió su renuncia, el enjuiciamiento del mismo así como de los implicados en los dos casos.”

¿Qué era lo que sabía Salazar? Según nuestra fuente, que el gobierno, la DEA y la CIA eran parte de una red de narcotráfico y que los sucesos de Huanchaca no eran un hecho aislado sino parte de esa red.(12) Salazar había llegado a conclusiones similares a las que Levine publicaría más tarde; se comprende a quién convenía su muerte. En cuanto al rol de las tropas norteamericanas que habían llegado ese año a Bolivia, -recibiendo la autorización después de llegar-, Salazar manifestaba que su llegada, el accionar del gobierno y la DEA estaban destinadas fundamentalmente a liquidar un sector del narcotráfico que amenazaba la estabilidad económica de las grandes transnacionales de la mafia y que por ello el plan diseñado por las esferas de la supuesta lucha contra el narcotráfico, no desarrollarían acciones de mayor envergadura.(13)

Su muerte fue seguida por la de su viuda María Elena Oroza y de su hermano también parlamentario; ambas muertes fueron en apariencia accidentales. Según la hija de María Elena, su madre, cuando fue asesinada, se aprestaba a presentar en La Paz información sobre el asesinato de su padre.(14) Con estas muertes y la votación parlamentaria el caso Huanchaca fue enterrado. Hoy se habla de este caso y de sus víctimas más que todo para rendir homenajes muchas veces insustanciales y mal informados. La visión que quedó de él entre los bolivianos es por demás pobre, especialmente en cuanto a sus connotaciones internacionales.

La DEA no está más en Bolivia, pero este país sigue siendo unos de los tres principales productores de cocaína. El área autorizada para sembrar coca se ha incrementado. La última ampliación de cultivos por la Ley general de la coca (N.º 906), del 8/3/2017 incrementó el área autorizada a 22.000 has. Para tener una idea de cómo puede ser esto en la realidad, cuando el límite era de 12.000, en determinado momento pasó las 30.000 has.

Poco después se aprobó la ley 969 (15) del 13/8/2017, que por su contenido puede llamarse “ley de colonización del TIPNIS”. Allí se encuentran las tierras donde los cocales pueden extenderse. Aunque aprobados en fechas distintas, los proyectos de estas dos leyes se discutieron al mismo tiempo. Una vez aprobada la nueva ley de la coca las federaciones de cocaleros discutían a dónde se iban a extender sus cultivos.

Si bien la extensión de cultivos es considerada un problema pequeño en la cadena del narcotráfico, donde lo importante son los altos niveles, en este caso, refleja la tragedia de los pueblos indígenas, especialmente del TIPNIS. Sus habitantes lucharon por una década para obtener la titulación de su territorio, de donde estaban siendo desplazados por los cocaleros. Cuando finalmente lo obtuvieron, el que les entregó el título fue el presidente del país que había sido y seguía siendo el máximo dirigente de los cocaleros. Les entregó con un pedazo menos. Después, el 2011 los reprimió brutalmente por pedir el respeto a la consulta previa y a la normativa que impide la construcción de una carretera en su interior. Posteriormente promulgó la ley 969 para la construcción en su interior de un sistema de carreteras puertos y aeropuertos entre otras cosas. Hablamos de Evo Morales.

Pasando a otro tema, si queremos tener una idea de cuánto ha penetrado el narcotráfico en el estado, debemos ver los organismos encargados de combatirlo. Tenemos una buena muestra en un artículo reciente sobre altos oficiales de la policía comprometidos en el narco.

Maximiliano Dávila, exjefe antidrogas en el último periodo de gobierno de Evo Morales. Un año después, el presidente Luis Arce, lo nombró comandante departamental de la Policía de Cochabamba. Omar Rojas, ex mayor de la policía, capturado en una operación de la DEA en el exterior, considerado uno de los más grandes traficantes de la región; su red abarcaba Perú, Venezuela, Brasil, México y Estados Unidos. Era socio de Techo de Paja que trabajó con el cartel de Medellín que fue parte del tráfico de cocaína Irán-Contras. Su hermano, Alexander Rojas, aunque no tiene cargos en contra, tuvo el año pasado el tercer cargo en jerarquía de la policía de inspector general. El 2014, estaba al mando de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) de Santa Cruz. Óscar Nina detenido por “serias sospechas” de vínculos con el narcotráfico, fue jefe antidrogas poco después de la expulsión de la DEA el 2008. El 2010 fue designado comandante de la policía y fue retirado después de la caída de Sanabria. Fue condenado por el delito de legitimación de ganancias ilícitas. Gonzalo Medina, fue comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen en Santa Cruz; fue detenido el 2019 por sus relaciones con el narcotraficante Pedro Montenegro cuya extradición demandaba Brasil. Está con arresto domiciliario.(16) Pese a las causas de su detención, Nina, Medina y Dávila fueron imputados por delitos menores, lo mismo ocurrió con Montenegro, lo que fue un intento fallido de retardar su extradición.(17) Como vemos, excepto el último que fue condecorado dos veces por la policía, se trata de altos jefes con liderazgo en la lucha contra el narcotráfico y su presencia abarca un largo periodo en que obviamente tuvieron las posibilidades de influir en el curso de la lucha contra el narco y en también en los altos niveles de gobierno. El caso René Sanabria es parte de este grupo y lo veremos a continuación porque presenta una extraña relación con la política exterior boliviana, específicamente con el conflicto marítimo con Chile.

Sabemos que la guerra contra las drogas influye en cómo se relacionan los demás países con Bolivia, pero ¿cómo influye en la política exterior de Bolivia?  El 24-2-2011 Morales anunció su decisión de llevar el caso ante el tribunal de La Haya; al día siguiente se produjo la captura infraganti por narcotráfico del General René Sanabria en Panamá. Sanabria, fue director nacional de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) y dirigía el Centro de Inteligencia y Generación de Información (CIGEIN), dependiente del Ministerio de Gobierno. La operación estuvo en curso desde mayo 2010 entre Chile y la DEA. Por declaraciones del entonces canciller boliviano, esto coincidía con las presiones del gobierno boliviano sobre el chileno para que presentara una propuesta escrita sobre la demanda marítima de Bolivia.(18)

Morales, al conocer la noticia dijo: "Yo me pregunto,...algunas autoridades de Chile ya sabían, ya hacían seguimiento. Yo me pregunto, si ya sabían, ¿por qué no nos comunicaron oportunamente para dar (a Sanabria) un castigo severo en Bolivia?" Y acusó a "...algunas instituciones de los vecinos países también están al servicio de otros intereses externos" y a la DEA de “usar" la lucha contra el narcotráfico "con fines netamente políticos" y para "denigrar" a Bolivia.(19)

Sin embargo, ningún acto posterior pareciera tener relación con algún plan de los “intereses externos” contra su gobierno. Morales llevó su caso sobe el mar ante La Haya donde terminó en un completo fracaso, aunque fue todo un éxito en cuestión de política interna, y siguió en el gobierno muchos años más.

Lo de Sanabria coincide con uno de los efectos multiplicadores del narcotráfico, el robo de autos que se sumó a los problemas diplomáticos con Chile. Bolivia, desde inicios de los 90, había promulgado varias veces amnistías o autorizaciones para el ingreso de automóviles con facilidades para que se registren en el país como importaciones legales. Esto disgustaba a los vecinos, en especial a Brasil y Chile, porque estimulaba el robo de autos que luego eran vendidos o intercambiados por droga en Bolivia.

Durante el gobierno de Morales se dieron varias de estas amnistías. En este marco, el 2011 fueron detenidos un total de 14 militares bolivianos, uniformados, armados, en territorio chileno y en circunstancias relacionadas con autos robados. A pesar de que el gobierno boliviano trató de justificar a sus militares nunca negó las circunstancias de su detención y en vez de aclararlas los condecoró aprovechando el patriotismo desatado por la demanda presentada ante La Haya. Los detenidos resultaron en una especie de héroes de la causa marítima boliviana.

Podríamos decir que la relación entre el caso Sanabria y los autos robados con el conflicto de La Haya fue sólo una coincidencia, pero ¿por qué semejante reacción del gobierno boliviano? Es comprensible que el presidente se hubiera empeñado en ser el protagonista del pleito ante La Haya pero no de los otros que eran asuntos de delincuentes, más apropiados para un segundo nivel de la cancillería. Esto queda como un misterio para la historia.

Para concluir, la DEA se fue, pero tanto sus operaciones como el narcotráfico son internacionales. Bolivia es solo el punto de origen de un gran negocio. O sea que la relación entre los narcos, la DEA y la inteligencia continúan.

El que no se hubiera combatido a García Mesa y Arce Gómez mientras mataban comunistas, muestra que la lucha contra las drogas dependía de cómo evaluaba la inteligencia estadounidense a ese gobierno. Desde este punto de vista, ¿cuál será su valoración de los últimos gobiernos bolivianos y en ese marco, ¿cuál el rol de la guerra contra las drogas?  Finalmente ¿a qué estará jugando cada una de las partes?

Tal vez, más que una historia, tengamos en nuestras manos respuestas al presente, porque libros como el de Levine maduran con los años y pueden dar nuevos frutos al cruzarse su contenido con datos nuevos.

 

NOTAS

1)      Is Anyone Apologizing to Gary Webb? By Micheal Levine 7-22-98 https://rense.com/UFO/webb.htm

2)      Managing a Nightmare. CIA Public Affairs and the Drug Conspiracy Story. Approved for release: 2014/07/29 C01372115

3)      Entre los titulos más importantes tenemos:

The politics of heroin: CIA complicity in the global drug trade, Afghanistan, Southeast Asia, Central America, Colombia. Alfred W. McCoy 2003 Lawrence Hill Books 

Peter Dale Scott 2003 Drugs, Oil, and War: The United States in Afghanistan, Colombia, and Indochina. Rowman & Littlefield Publishers

Peter Dale Scott 2010 American War Machine: Deep Politics, the CIA Global Drug Connection, and the Road to Afghanistan. Rowman & Littlefield

Jonathan Marshall, Peter Dale Scott, Jane Hunter 1987 The Iran-Contra Connection: Secret Teams and Covert Operations in Reagan Era. South End Pr

4)      The politics of heroin: CIA complicity in the global drug trade, Afghanistan, Southeast Asia, Central America, Colombia. Alfred W. McCoy 2003 Lawrence Hill Books

5)      Brooks Memorial Library Events: Brattleboro Democracy Forum - Drugs and the CIA with Nick Biddle Jan 28, 2020 https://youtu.be/qmtw4O-oYYs

6)      MCN/UNODC opium surveys 1994-2017

7)      Drugs, law enforcement, and foreign policy: a report / prepared by the Subcommittee on Terrorism, Narcotics, and International Operations of the Committee on Foreign Relations, United States Senate., 4). F 76/2:S.prt.100-165. | HathiTrust Digital Library

8)      Michael Levine - The DEA's Exiled Dissident. The high times interview. By BILL WEINBERG

https://www.mail-archive.com/ctrl@listserv.aol.com/msg02559.html

9)      Michael Levine - The DEA's Exiled Dissident. The high times interview. By BILL WEINBERG

https://www.mail-archive.com/ctrl@listserv.aol.com/msg02559.html

10) "La Guerra Falsa" - El libro que provocó Evo Morales a prohibir la DEA de entrar Bolivia. Oct 29, 2012. https://youtu.be/j73dy_faxXA (minuto 6.44)

11) Edgar Camacho Omiste Tropas norteamericanas en Bolivia. Posiciones Nuso Nº 85 / Septiembre - Octubre 1986.

12) Combate, N° 106. Comité Regional del PC (ML) de Santa Cruz de la Sierra. Sin fecha

13) Combate, N° 106. Comité Regional del PC (ML) de Santa Cruz de la Sierra. Sin fecha

14) Adhemar Manjón  Víctimas que buscaban la verdad. 5 de septiembre de 2021,El Deber

 https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/victimas-que-buscaban-la-verdad_245894

15) Ley de protección, desarrollo integral y sustentable del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure - TIPNIS, 14 de agosto de 2017. Ley Nº 969 de 13 de agosto de 2017.

16) “Narcopolicías”: los cinco ex jefes de fuerzas del orden de Bolivia que cayeron por sus vínculos con el tráfico de drogas. 25 de Enero de 2022 INFOBAE

17)  Pese a _nexos_ con el narco, la fiscalía imputó a Nina, Medina y Dávila por delitos menores _ Los Tiempos (7_29_2022 11_23_47 AM)

18)  Canciller: Chile incumplió y Bolivia decidió explorar otras opciones. LA PAZ/OPINIÓN Freddy Morales. | 26/03/2011

19)  Bolivia reclama a Chile por no informarle caso de ex zar antidrogas. 25 de Junio de 2011 EFE Sábado, 25 de Junio de 2011.